Cuarta y penúltima entrega de la serie La Edad del Platino en España, la investigación más amplia sobre este metal precioso realizada hasta el momento, elaborada por tres destacados investigadores españoles para G&T y la Asociación Española de Tasadores de Alhajas. Si se las han perdido, al final de este artículo pueden acceder a los tres artículos anteriores
François Chabaneau solo publicó un trabajo sobre el platino en el que comenta que “aunque desearía hablar de los varios métodos que sucesivamente he empleado para extraer de la platina el metal que llamo platino, por no confundir el metal puro con el mineral que todos conocen con el nombre de platina; una orden Real comunicada a principios de 1787, me impone silencio sobre asunto tan importante”. En este texto ya se diferencia la platina (mineral) del platino (metal purificado).
Muestras de la caja fuerte del Banco de España. En palabras del propio Chabaneau: “dos muestras de platina y diferentes resultados de mi trabajo con este metal”.
Hoy sabemos que el platino obtenido por François Chabaneau no era del todo puro, sino que podía contener cantidades variables de elementos del grupo del platino (principalmente Pd y Rh y menores de Os, Ir y Ru, dependiendo del tratamiento). Esto hacía que las propiedades fisicoquímicas del metal obtenido variasen de unas barras a otras. Se detectaron problemas de porosidad, falta de cohesión y fragilidad. Chabaneau no entendía por qué a menudo, sin razón aparente y utilizando siempre el mismo procedimiento, las barras de platino se resquebrajaban, fracturaban e incluso desmenuzaban al ser golpeadas con un martillo.
El estudio de una de las muestras salvadas del expolio de las tropas napoleónicas por Christian Herrgen ha confirmado que la platina importada del Virreinato de Nueva Granada es un mineral constituido por una aleación de platino y hierro (Pt3Fe) que contiene pequeñas cantidades, aunque variables, de cobre, osmio, iridio, rodio y paladio.
demás, las pepitas de este mineral contenían inclusiones microscópicas de un conjunto variado de otros minerales tales como espinela cromífera, cuarzo, oro y, sobre todo, minerales de elementos del grupo del platino.
Detalle de las pepitas de oro y platina junto con algunos otros minerales pesados de la muestra estudiada.
Entre estos últimos destaca la presencia, en el 63% de las pepitas, de iridio nativo en forma de inclusiones micrométricas (aunque de tamaño muy variable) y como finas lamelas orientadas según los planos cristalográficos de la aleación Pt-Fe. Este hecho resulta especialmente relevante a la hora de evaluar la efectividad del método de Chabaneau. El tratamiento con agua regia de la platina provoca su disolución a través de la formación de complejos clorurados de Pt, pero también de Pd, Rh e Ir (el Os y el Ru no se disuelven). La formación y precipitación ulterior de cloroplatinato alcalino lleva consigo también la formación de sales similares con Pd, Rh e Ir.
Durante los tratamientos térmicos y de forja posteriores, tanto el Pd como el Rh se pueden alear con relativa facilidad con el Pt, pero no así el Ir, el cual requiere temperaturas en torno a los 1000ºC. Como consecuencia, cuando se utilizaban muestras de platina con altos contenidos en Ir se obtenía un metal purificado que era una mezcla física (no una aleación) de Pt e Ir lo que le confería una gran fragilidad; tanto más cuanto mayor fuese la cantidad de Ir.
Las dificultades para acopiar platina en Nueva Granada probablemente hicieron que los distintos envíos incluyesen partidas de diferentes minas, con diferentes contenidos en Ir, explicando así los desconcertantes resultados obtenidos por Chabaneau al aplicar siempre el mismo método.
El interés demostrado por las autoridades españolas por la platina, la creciente demanda de platino en Europa y el secreto decretado sobre el método de purificación contribuyeron a que floreciese una red de comercio ilegal en América (probablemente a precios superiores a los pagados por la Corona española) y a que se renovasen los esfuerzos en los diferentes países para descubrir dicho método.
Fotografías obtenidas mediante microscopio electrónico mostrando las inclusiones de iridio nativo en la platina (aleación Pt-Fe)
Fue W.H. Wollaston, en Inglaterra, quién no solo descubrió el método, sino que además lo mejoró, utilizando agua regia más diluida y controlando la temperatura de la reacción. De esa forma impedía la disolución del Ir y obtenía Pt maleable. Este mismo investigador descubrió también el Pd en 1802 y el Rh en 1803, y su colaborador S. Tennant fue el responsable del descubrimiento del Ir en 1803 y del Os en 1804.
El único elemento del grupo del platino que no se descubrió a partir de la platina de Nueva Granada fue el Rutenio, el cual fue aislado por el químico ruso K.K. Klaus en 1844 utilizando muestras de los yacimientos que se habían descubierto pocos años antes en los Montes Urales, Rusia.
El descubrimiento del método de purificación del platino por parte de Wollaston le proporcionó un negocio muy lucrativo, debido a lo cual lo mantuvo en secreto hasta el día antes de morir cuando le pidió a un amigo que presentase los resultados de su trabajo ante la Royal Society de Londres.
[CONTINUARÁ...]
Parte I: La Platina, ese nuevo metal incómodo
Parte II: La Platina llega a Europa
Parte III: El Monopolio Real
Los Autores
Fernando Gervilla Linares es catedrático de Mineralogía y Petrología en la Universidad de Granada.
Javier Garcia-Guinea es geólogo mineralogista e investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales.
Luis Fermín Capitán-Vallvey es catedrático de Química Analítica en la Universidad de Granada.