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La joya artística y su vinculación con el cuerpo humano

miércoles 08 de abril de 2020, 07:00h
Lluis Comín.
Lluis Comín.

Por Lluis Comín | La joya siempre se ha relacionado con nuestro cuerpo. El análisis que propongo es solo de la faceta artística de las joyas. Si aceptamos que la joya artística es una forma de expresión al mismo nivel que las artes tradicionales, también tenemos que aceptar que su relación con el cuerpo le confiere una particularidad única en el mundo del arte.

Normalmente una obra de arte está en un espacio concreto (museo, exposición, espacio público.. etc) mientas una joya de arte, es llevada por una persona. Y el hecho de que la indumentaria sea cada vez distinta y el espacio que la rodea varíe, le da unas características propias: El “nomadismo” de la joya es un matiz interesante.

Por otro lado no podemos ignorar las “complicidades” entre la joya y su portador (este hecho es común a todo tipo de joyas). La proximidad y el tacto parece que de alguna manera impregnen “el alma” del portador. Estas singularidades le dan a la joya artística un ámbito muy propio y de una gran intimidad. Para mí la joya artística es tanto un amuleto como un ornamento.


"Creo que los que nos dedicamos a hacer joyas artísticas tendríamos que poner en valor nuestras particularidades por el tipo de obra que hacemos"


Muchas veces se dice que son como “pequeñas esculturas”, si bien es cierto que cuando no se usan pueden parecerlo, su sentido solo lo adquieren plenamente al llevarlas, creando una relación "simbiótica" con el portador muy enriquecedora. Las joyas hablan de nosotros. Si son piezas de gran valor material, normalmente querremos resaltar nuestro éxito económico; si en cambio llevamos piezas con más contenido artístico (en el que el valor de los materiales esté en función de la expresión) estaremos haciendo hincapié en nuestra sensibilidad cultural.

Los joyeros tendríamos que ser conscientes que somos los herederos de uno de los oficios más antiguos del mundo, donde el ritual y la alquimia se sumergen en la noche de los tiempos. Me fascina pensar (en estos tiempos que tanto se habla de reciclaje) que el metal de mi anillo podría estar fundido de un collar que perteneció a Cleopatra, por ejemplo; parece como si existiera un hilo conductor desde la antigüedad. Creo que los que nos dedicamos a hacer joyas artísticas tendríamos que poner en valor nuestras particularidades por el tipo de obra que hacemos.

Lluis Comín es joyero y galerista en Mistral66