Pero con los Premios Nacionales de Artesanía se ha roto esa tradición que, yo me atrevería a decir, que el Ministerio de Industria recuperará cuando exista mayor estabilidad política porque queremos presumir que la artesanía tiene tanta identidad como la industria textil, quizá no en cifras macroeconómicas, pero sí en nivel de puestos de trabajo que se ocupan porque España es un país de microempresas y muchas de ellas son artesanos, lugar al que nos han llevado todas las Administraciones, lamentablemente, no sólo de España sino de Europa.
Seguramente, si no se hubiera globalizado el mercado, bajo condiciones de desigualdad evidentes que sólo benefician a las grandes multinacionales de productos comerciales, tendríamos mayor industria y nuestros artesanos podrían crecer.
Parece que la política se olvida de resolver los asuntos de la sociedad, de sus representados, y se dedica a asuntos que poco nos tocan la piel y que, sin duda, deberían resolver aquellos que cobran para ello
La globalización, que es consecuencia de un proceso político instado por algunos poderes económicos, nos ha llevado a la existencia permanente de microempresas, de las cuales, muchas son artesanas. Nuestros políticos, o representantes, no pueden mirar a otro lado.
De hecho, deben abordar la artesanía como un modelo de producción diferente, más humano también porque es más local, pero que tiende a ser un sistema de fabricación mucho más creativo que quiebra la uniformidad del consumo.
Parece que la política se olvida de resolver los asuntos de la sociedad, de sus representados, y se dedica a asuntos que poco nos tocan la piel y que, sin duda, deberían resolver aquellos que cobran para ello. Por el momento, no es una buena noticia que nuestros Ministros, Secretarios de Estado y Directores Generales tengan sus agendas ocupadas de viajes y compromisos ineludibles que sólo contemplan a algunos sectores. Si las razones se relacionan con la macroeconomía, resultaría obvio que estamos ante lo de siempre: Ausencia de estrategias.
Los Premios Nacionales de Artesanía tenían sólo puntos a favor:
• No suponían ningún gasto público porque, la realidad, es que el gasto procedía del ámbito privado, los artesanos.
• Promovían la calidad de la artesanía hacia un producto diferenciado y de lujo, muy diferente a lo que, popularmente, se ha entendido como artesanía referida a mercadillos ambulantes o a jóvenes que se sacaban un dinero con cosas hechas por sí mismos.
• Fomentaban la empresa de diseño, de peculiaridad, frente a un mercado asiático que ha acaparado la industria de marca blanca pero también de renombradas marcas internacionales y nacionales (basta darse una vuelta por comercializadoras de algunas marcas de ropa infantil y, a pesar de sus precios, si miran la etiqueta de producción, verán que son asiáticas).
• Reconocían públicamente el valor del artesano en la sociedad de consumo.
• Hacían válido el famoso MADE IN SPAIN.
• Servían para la imagen pública, difusión, promoción y publicidad de quienes se habían alzado con alguno de sus premios.
Gran problema tiene nuestra sociedad si sus gobiernos no saben, pero tampoco quieren ver, oír y pensar.
Giovanna Tagliavía
SECRETARIA GENERAL
ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE JOYEROS, PLATEROS Y RELOJEROS