El laboratorio suizo SSEF lanza una alarma a la industria joyera tras detectar tratamientos con resina sintética para rellenar las fisuras de rubíes de alta calidad, que se hacían pasar por naturales sin tratamiento ya que este procedimiento es complicado de detectar si no se cuenta con los medios adecuados. Además, se trata de un tratamiento no permitido que pone en jaque la confianza del consumidor. Publicamos aquí el artículo completo de la entidad.
Los cuatro rubíes analizados tienen un peso aproximado de cinco quilates cada uno.
Es un hecho muy corriente que los rubíes naturales contengan fisuras debido a las condiciones geológicas en las que se formaron, provocadas a menudo por la incorporación de cromo (responsable al mismo tiempo de su maravilloso color rojo) a su estructura cristalina.
Estas fisuras aparecen especialmente en las piedras formadas en mármoles, como ocurre en los famosos depósitos de Mogok, en la antigua Birmania, pero también las gemas procedentes de Afganistán, Vietnam, Tayikistán, e incluso del África Oriental (Kenia o Tanzania) son propensas a contener fisuras de importancia, reduciendo la claridad y la belleza de estas gemas.
Figura 2.
Para contrarestar este efecto lo habitual es que las grietas se rellenen con aceites incoloros (como ocurre con las esmeraldas), para modificar y mejorar su claridad. Lo que es menos común es encontrar rubíes –en este caso de Mogok— de casi 5 quilates cada uno, tratados con resina artificial, según denuncia el laboratorio suizo.
“Después de haber visto en las últimas décadas solo una muy pequeña cantidad de rubíes que mostraron trazos de resina, este nuevo hallazgo en el laboratorio es bastante alarmante”, asegura el director del SSEF, Michael Krzemnicki. Estas piedras recién tratadas muestran fisuras finas y profundas, que se rellenan con un polímero de consistencia muy líquida (similar al tratamiento ExCelTM de esmeraldas), que luego se endurece para estabilizar la carga.
El efecto visual de esta modificación de claridad es bastante notorio, ya que las fisuras llenas de resina son bastante difíciles de ver. Bajo el microscopio, esta observación se confirma porque estas fisuras llenas de resina muestran efectos de reflexión claramente reducidos en comparación con las fisuras sin relleno (o llenas de aceite natural).
Figura 3.
Además, estas fisuras revelan burbujas de aire pequeñas, pero estructuradas (ver Figura 2) y ocasionalmente diminutas dendritas similares a gusanos localizadas en su mayoría dentro de las fisuras (ver Figura 3). Estas dendritas son claramente diferentes de los delicados patrones dendríticos redondeados (aspecto floral) conocidos a partir de fisuras llenas de aceite.
Llamada a la tranquilidad
“Para tranquilizar el comercio nos gustaría agregar que desde la perspectiva de un laboratorio, la detección de resina artificial en rubíes es posible utilizando procedimientos analíticos bien establecidos.
En un nivel más general, creemos que este tema debe ser abordado adecuadamente por el comercio y tan pronto como sea posible. Hasta ahora el comercio de rubíes, al menos en el segmento de gama alta, se ha ahorrado la confusión y los problemas que han sacudido al mercado de esmeraldas durante años debido a sustancias de relleno no reveladas.
Con este descubrimiento nuevo y alarmante, instamos al comercio de rubí y productores a tomar medidas enérgicas contra esta nueva práctica de usar resina artificial en rubíes (de alta calidad) y contra cualquier persona involucrada en este problema de tratamiento con el objetivo de proteger la imagen de rubíes como valiosas piedras preciosas y para mantener la confianza de los consumidores en el comercio de rubíes”.
Dr. M.S. Krzemnicki, SSEF
Puede descargar el artículo original, en inglés, a través de este enlace.