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Irena Palavršic, fundadora de la marca Jole Sul Prato:

Obligación de reeducar en el valor del producto artesanal

jueves 04 de enero de 2018, 07:00h
De arquitecta a joyera por amor al diseño y a su hija, fuente de inspiración y origen de la marca Jole Sur Prato.
Irena Irena Palavršic. (Foto: ©Alessandra Tognarini)
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Irena Irena Palavršic. (Foto: ©Alessandra Tognarini)

Irena Palavršic ha creado un universo joyero en el que la narración de historias y el ‘hecho a mano’ son el leiv motiv de sus creaciones, que desarrolla junto a su pareja Osvaldo Mellini, en Florencia.

Con su formación como arquitecto, ¿cómo y cuándo surge la idea de dedicarse a la creación de joyas y lanzar su propia marca?

Cuando nació mi segunda hija sentí la necesidad de estar en casa con ella, sin tener que renunciar necesariamente a mi vida laboral. Cosa que me habría podido hacer sentir incompleta.

¿Dónde se formó posteriormente en joyería?

Por mi propia naturaleza, soy creativa y tengo gran destreza manual e inicié este oficio de manera autodidacta. He aprendido de los libros y publicaciones del sector, ampliando mis conocimientos en el pequeño laboratorio que monté inicialmente en una pequeña estancia de nuestra habitación. De este modo, comencé a realizar los prototipos que diseñaba sin abandonar mi principal actividad de madre. En mi tiempo libre frecuentaba algunas tiendas de artesanos florentinos de los cuales aprendí métodos detrabajo antiguos y eficaces. Ha sido un camino largo lleno de retos y satisfacciones.

Hay quien opina que herramientas como el diseño 3D es imprescindible para ser competitivo hoy día en joyería. Pero… ¿Se puede vivir sin las nuevas tecnologías?

En un mundo siempre veloz, donde se pierde la lentitud de los gestos, la convicción de que para sobrevivir se debe entrar en competición con la gran realidad industrial, nos lleva al olvido del verdadero trabajo manual. Hoy más que nunca tenemos la necesidad de reeducar el valor del producto artesanal y el trabajo manual.

¿Precisamente el uso de técnicas tradicionales, hace que el producto final sea más caro?

El trabajo manual tiene su tiempo lento. El tiempo lento es un bien precioso que como tal debe ser respetado y recompensado. Esto comporta ciertamente un precio final mayor pero a su vez ofrece una elaboración, un cuidado al detalle y la posibilidad de personalización, que dan al producto artesanal un valor añadido que lo distingue como una sola pieza.

¿Cuáles son los tipos de piezas más demandadas por su público?

Una joya personalizada, se ofrece a superar el sólo límite del adorno llegando a ser emoción, recuerdos y pensamiento. Por tanto aquello que guía la elección del cliente no es solamente la estética de la pieza de joyería sino su capacidad de contener las palabras. Es la unión de estos dos elementos lo que genera la joya perfecta.

Cada vez más, los clientes demandan un tipo de joyería que contenga una historia detrás. ¿Qué historias narran sus piezas? ¿Dónde nace su inspiración?

El cliente encuentra fascinante saber la historia y el origen de cada pieza. Saber que detrás de cada joya hay: intuición, proyectos, errores, horas de elaboración que podrá llevar puesto. Más aún, nuestras joyas hablan de las historias que el cliente quiere atribuirles, tatuando en el metal precioso frases y palabras que le recuerden o mantengan vivas las propias emociones. Creemos en la comunicación con nuestros clientes, es por este motivo afianzamos a la elaboración artesanal y antigua el involucrarnos la modernidad de la web pone a nuestra disposición.

En muchos casos, la joyería tradicional supone también que el diseño sea poco innovador, más bien conservador. ¿Está reñida una cosa con la otra?

Absolutamente sí. El trabajo manual, permite realizar todo aquello que la mente consigue imaginar y la mano diseñar. Una elaboración tradicional, no implica de ninguna manera el hecho de que la joya que nace deba ser una joya de estilo tradicional. El arte joyero ha sido de siempre un arte en continuo desarrollo donde el dominio de la técnica ayuda a la expresión creativa.

En muchos lugares de España, como en Italia, han venido desapareciendo profesiones vinculadas a la joyería, como la de engastador, así como los propios talleres de joyas. ¿Por qué cree que se ha abandonado la joyería más tradicional?

Los factores son múltiples. Los artesanos en Italia están desapareciendo, sobre todo por la imposible presión fiscal y por el posicionamiento del mercado a favor de productos en serie de bajo coste que reflejan la tendencia económica del país. Resulta entonces ser siempre más difícil encontrar la oportunidad de formarse en un taller y pasar el arte a generaciones futuras.

Más aún por un largo periodo de tiempo, en la última década el trabajo manual ha estado devaluado a favor de la producción industrial resultando una fuerte reducción de las empresas artesanales. Afortunadamente la tendencia está cambiando. El mercado nicho cada vez más, presta atención al "hecho a mano" y en Italia es muy satisfactorio asistir a la frecuente apertura de pequeñas actividades propias de los más jóvenes, que deben ser tutelados y asistidos.

Es verdadera la nueva realidad artesanal que surge en la ciudad, a menudo constituida de jóvenes extranjeros que por amor y de sus aplicaciones, se dedican a una actividad así preciosa. Sin embargo no existe ningún tipo de apoyo por parte de nuestra administración y no es raro ver a esos mismos jóvenes desistir en el primer año, debajo del peso de la burocracia.