Es por estas causas por lo que la firma norteamericana ha decidido apostar fuerte por la comercilización, incluidos productos que no son extrictamente joyeros, y también por el cambio de caras en su organigrama directivo. Tiffany prescindió de su consejero delegado a finales de año –después de apenas dos en el cargo—y también acaba de contratar a un nuevo director creativo para la marca como revulsivo para impulsar sus ventas.
De momento será el actual presidente, Michael J. Kowalski, quien coja las riendas operativas de la compañía hasta que se encuentre un sucesor en el cargo de consejero delegado y, según ha anunciado en los medios estadounidenses, se centrará en los productos por debajo de los 500 dólares y ampliará sus colecciones en plata, oro y platino, además de presentar accesorios de lujo de cara a la próxima temporada navideña.
Reorganización de sus tiendas
Los objetivos que se ha propuesto la firma para este año pasan por el aumento de entre un punto y punto y medio en las ventas para este año y para ello cuenta también con la reorganización de su estructura de tiendas.
Su propósito es abrir 11 nuevos establecimientos, además de nueve reubicaciones y seis cierres. Al menos la mitad de las aperturas están previstas en la región Asia-Pacíficico, que es justo la que mejor se ha comportado en los últimos años.