La AEJPR muestra serias dudas sobre la eficacia de unas medidas que no hacen sino castigar más a un sector que ha sufrido como pocos las consecuencias de la crisis. Y es que nada de esto asegura que se luche de forma eficaz contra el fraude.
Además, ha quedado ampliamente demostrado que no es la pequeña y mediana empresa la que defrauda sistemáticamente: quienes más impuestos escatiman al fisco son las grandes multinacionales que cuentan con sus mesnadas de ingenieros fiscales a sueldo, convirtiendo lo inmoral, en completamente legal.
Efectos sobre la joyería media, alta y de autor
Según explica la directora de la AEJPR, Giovanna Tagliavía, “la realidad es que en el contexto actual exigirle a un comerciante, sea cual sea su actividad, que no haga una venta si le quieren pagar en efectivo una operación de más de 1.000 euros, es pedirle demasiado”.
Y es que la repercusión de esta nueva política sería directa y fatalmente nociva para el Sector. Sus efectos pueden resumirse en unos puntos muy concretos:
- Si el cliente encuentra problemas en España para comprar en efectivo se desplazará a otro país donde no se le pongan trabas.
- Se penaliza a la joyería de mayor valor añadido, como la gama media-alta y la joya de autor, en favor del segmento más comercial.
- Se modificarán los hábitos de compra del consumidor, que dejarán de lado la joyería y la relojería en favor de otros artículos de consumo.
- Los puntos de venta acabarán adquiriendo joyería simple para evitar problemas. Se desprestigia la imagen de la joyería española.
Desde la AEJPR ya se han anunciado “acciones en España y en Bruselas” antes de que sea tarde, para que este planteamiento no vea la luz.