Esta composición tiene forma de bolas achatadas realizadas en oro, madreperla y gemas de color, con un diamante engastado en su centro. Las piezas adquieren de esta manera forma de paleta multicolor con la que Van Cleef va componiendo una amplia gama de joyas: brazaletes, collares, colgantes, pendientes o anillos… En total, dos set de cinco piezas cada uno.
Aunque esta colección acaba de salir al mercado, lo cierto es que el diseño no es novedoso para la marca. Se utilizó por primera vez en los años 30 del siglo pasado y volvió a popularizarse en los 50, de la mano de las principales actrices del momento.
Sobre las piedras empleadas
Un dato curioso sobre esta colección es el uso de la cornalina en algunas de sus piezas, una piedra apenas empleada en las grandes colecciones de joyería actuales, pero cuyo uso está registrado desde la Edad del Bronce.
La Cornalina es una variedad de la calcedonia de color rojo y probablemente por este color desde la antigüedad ha estado vinculada al poder y a las manifestaciones religiosas. De hecho se han recuperado gemas de este tipo en monumentos funerarios de la civilización minoica (IV milenio A.C) y también en las tumbas egipcias. Precisamente la máscara de oro de Tutankamon cuenta entre sus piedras incrustadas con cornalinas.
Más tarde se usó y la cultura helena y romana, así como entre los primeros cristianos: para indentificarse entre ellos, muchos mostraban cornalinas grabadas con símbolos como el pez o la espiga. En la cultura budista esta piedra se identifica con la sabiduría.