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Un juez de Pakistán reclamará a Londres la propiedad del diamante Koh-i-Noor

martes 09 de febrero de 2016, 07:00h
Un juez de Pakistán reclamará a Londres la propiedad del diamante Koh-i-Noor
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Un juzgado pakistaní acaba de admitir a trámite la denuncia de un abogado local que reclama a Reino Unido la devolución del diamante Koh-i-Noor, una piedra de 105 quilates cuyo origen se remonta al Pakistán del siglo XIV. El problema es que esta excepcional gema forma parte de la Corona británica y se expone a los visitantes en la Torre de Londres.

Sin embargo no se trata de una reivindicación nueva, ya que tanto India como Pakistán se disputan la propiedad de la piedra y suelen reclamarla extraoficialmente de vez en cuando. Lo novedoso es que un juez haya dado verosimilitud a una demanda que afirma que la piedra fue 'robada' por la Compañía de las Indias Orientales a mediados del siglo XIX.

El caso parte de la insistencia del abogado pakistaní que ha formulado la querella. Educado en Londres, el letrado Javed Iqbal Jaffry ha convertido esta demanda en el leiv motiv de su vida pues a lo largo de los años ha enviado casi 800 cartas tanto a la Reina de Inglaterra como a las autoridades pakistaníes, exhortándoles a encontrar una solución al 'conflicto'.

Lo más probable es que la demanda se vuelva a desestimar y que no conduzca a ningún lado, pero lo llamativo es que ha puesto sobre el candelero la vieja cuestión del expolio del patrimonio cultural (y en este caso gemológico) por parte de los viejos imperios coloniales.

Una piedra con historia...

El Koh-i-Noor (que en farsí signigica 'Montaña de Luz') apareció según los relatos históricos en algún lugar de la región de Lahore, en el actual Pakistán, en torno al año 1320 y desde entonces formó parte de los tesoros de las diferentes realezas locales.

Tras siglos de visicitudes el diamante acabó en manos de la Compañía de las Indias Orientales, la todopoderosa empresa privada que durante 250 años administró el sudeste asiático: un quinto de la población mundial de la época.

Al parecer el último rey local encargó en su lecho de muerte al gobernador británico que su tesoro fuese a parar a un templo de la región, pero este señor tenía otros planes para la piedra y decidió que fuese la Reina quien luciera semejante gema.

La Compañía de las Indias Orientales llegó a controlar a 1/5 de la población mundial

Desde entonces la piedra ha formado parte del boato de las coronaciones y celebraciones importantes de la realeza británica y también ha sido reclamada más o menos extraoficialmente desde que India y Pakistán alcanzasen su independencia de la urbe en 1947.

Y al igual que ha ocurrido con otras demandas similares, esta no parece que vaya a prosperar demasiado. De hecho, en una visita oficial a la India en 2010, la prensa le preguntó al primer ministro David Cameron si se planteaba la devolución. A lo que él contestó: "si lo hiciéramos con esto, de repente nos encontraríamos con un Museo Británico vacío".