Un conjunto de 30 piezas exclusivas entre las que destacan pulseras, anillos, brazaletes, colgantes o pendientes son algunas de las piezas creadas por Monreal, donde se ensalza la belleza de la mujer a través de la historia, cómo hacían hace dos mil años los pobladores de las villas celtíberas de nuestra península.
El afamado caballo numantino, los trisceles o las aspas de cuatro brazos, entre otras piezas, son algunos de los símbolos encargados de custodiar esta lujosa colección que mezcla de manera armoniosa los materiales más nobles, como la plata, plata con baño de oro y, en algunos casos, pequeñas gemas, con la tradición histórica de los pueblos celtíberos.
La colección está dedicada a la diosa Épona (diosa de la luna), que los antiguos pobladores de la ciudad de Numancia representaban en sus cerámicas y adornos bajo el símbolo de un caballo. Esta deidad ocupaba, junto con el sol, los lugares principales en los panteones celtíberos representando el día y la noche, la vida y la muerte y la fuente de la fecundidad.