Sin embargo, esta vez parece que no todo es como siempre. Lo habitual es (y lo contrastamos, año tras año, en el Foro ProDiam y en la celebración del certamen de Iberjoya, en su edición de Septiembre) que la mayoría de los profesionales nos lamentamos de lo mal que van las cosas, y lo difícil que se está poniendo seguir levantando la persiana, cada día.
Pero ahora el sentimiento es otro: la pulsión de los ánimos de los profesionales oscila entre los abatidos, y los que consideran que hay que plantar batalla contra la situación de recortes que, no lo olvidemos, nos afecta, y de qué manera.
Son muchos los que nos han comentado, por ejemplo, que la supresión de la paga de Diciembre a los Funcionarios no sólamente les supone a ellos una pérdida gravísima de su poder adquisitivo, en unas fechas en las que ese importe se destina, habitualmente, a sufragar los gastos de las Navidades y los regalos familiares, sino que esa situación conlleva una paralela supresión de ingresos para los profesionales que se hallan implicados en la venta de, al menos, una parte de esos regalos, por lo que la retracción del consumo es igual a una merma significativa de los ingresos del sector Joyero-Relojero, para la que no se halla preparado.
Y luego, están los que asumen que, ante la situación actual, van a ser muchos los profesionales que se van a ver abocados al cierre (hay varias opiniones que cifran esta debacle en un 30 % del tejido sectorial, sin que se aporten datos concretos, pero con cierto carácter de opinión general).
Así que, o Guerra o Muerte, parece ser el sentir común.