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EDITORIAL

El oro se diluye como refugio del inversor

El precio del oro, en caída desde hace un año, atisba una recuperación impulsada por la Fed

jueves 29 de octubre de 2015, 11:35h

Como es sabido en la teoría económica, todos los mercados orbitan continuamente de forma que, una veces se encuentran en la parte baja de la 'ola', con los precios deprimidos, mientras otras, desorbitadamente altos. Este esquema se repite en los activos intangibles y también en los tangibles, como es el oro.

La búsqueda de una mayor ganancia, sin duda, es lo que mueve la voluntad del inversor que apuesta su capital movido, principalemente, por dos emociones ancestrales: la ambición y el miedo. Esas mismas sensaciones son las que, en el corto plazo, son capaces de mover en sentido contrario las cotizaciones de cualquier mercancía, independientemente de encontrarse dentro de un mercado con tendencia alcista o, a la baja.

Los movimentos para equilibrar esas dos tendencias son las denominadas 'correcciones'. Esos movimientos depuran el mercado y consolidan la tendencia al alza, o a la baja. Eso es justo lo que ha estado ocurriendo con la cotizacion del oro y de la plata, que acumulan meses de caídas. La corrección del precio del oro comenzó en torno a septiembre del año pasado, cuando alcanzó un nuevo máximo histórico por encima de los 1.900 dólares por onza. La cotización de la plata hizo lo propio desde finales de abril de ese año, después de haber rozado los 50 dólares por onza. Ese recorrido bajista ha llevado a los metales a situarse en la actualidad en niveles de alrededor de 1.580 y 27 dólares.

En la actualidad, las complicadas situaciones económicas en Europa y las señales de una recesión global, tras los malos datos de Estados Unidos y China, están propiciando que los grandes inversores dejen de ver las materias primas como 'valor refiguo' y apuesten por otros (supuestamente) más seguros, como los bonos del Tesoro, estadounidenses o el propio dólar, que continúa su escalada frente al euro.

Frente a estos vaivenes, lo más probable es que la Reserva Federal, tarde o temprano actúe para insuflar algo de oxígeno a su economía, devaluando la moneda del Tío Sam,  o con "otros métodos menos convencionales" según apuntan los analistas, que aseguren unos precios de los metales de vuelta a su senda alcista.

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