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TRIBUNA DEL SECTOR

¿Estarán las uvas verdes?

El IGI alerta de la existencia de un lote de diamantes sintéticos, mezclados con naturales

jueves 29 de octubre de 2015, 11:35h

Una alerta del laboratorio IGI ha evidenciado un hecho que hasta ahora todos preferíamos convencernos de que estaba verde. Pues no señores, no está verde, está muy maduro y al alcance no ya de unos pocos, sino de muchos, como recuerda en este artículo el presidente de los gemólogos de Aragón, Miguel Ángel Pellicer.

El IGI alertaba de la existencia de un lote de diamantes sintéticos obtenidos por el método CVD que se habían presentado mezclados con diamantes naturales en lugares tan emblemáticos como las bolsas de Amberes y de Mumbay, y no ha sido discreta la forma en que se ha hecho, en lotes y mezclados con los naturales y además en grandes cantidades.

Estos diamantes presentaban unas características comunes, con un buen color que estaba comprendido entre F y J; con una buena pureza, de VVS a VS; con inclusiones en forma de plumas o pequeños cristales oscuros; con una talla que variaba de excelente a muy buena, y con un tamaño que oscilaba entre 0,30  a 0,70 quilates. 

Parece ser que un mayorista había adquirido los lotes ya mezclados, y debido a la falta de certificación los remitió al laboratorio para que todos los lotes fueran certificados y de este modo poder ofrecer un mejor servicio a sus clientes y facilitar su posterior distribución en el mercado. Pero esta situación no es la primera vez que ocurre, ni el único laboratorio que la ha detectado.

Llevamos mucho tiempo oyendo de la existencia del diamante sintético, algunos siguen haciendo oídos sordos y continúan  incluso negando su existencia, otros opinan que el coste de producción es tan elevado que no podrán competir con los naturales debido a su alto precio, y otros piensan que ese es un tema que sucede en los mercados de Hong-Kong y como mucho en los Estados Unidos de América.

Pero no, no nos engañemos, el problema está aquí ya, en la vieja y casi desunida Europa. No se trata de añadir alarmas a las ya existentes en este quebrado y complicado comercio, se trata de asumir una realidad que está llamando a nuestras puertas y que nos va a exigir otros niveles de conocimiento y eficacia. No bastará la fe ciega en el proveedor de toda la vida, porque él también tendrá que despertar y espabilar para que no se convierta en transmisor de errores.

La Gemología del siglo XXI ha comenzado a romper los anclajes que la unían a la Gemología clásica que hemos conocido, ya se ha hecho mayor y comienza a emanciparse, ya no basta con saber el índice de refracción o conocer el espectro de absorción en el visible, ni siquiera es suficiente la observación de inclusiones en el microscopio, hacen falta más conocimientos, conocimientos que aporta esta nueva Gemología.

De momento, ya existen nuevos instrumentos en el mercado que permiten distinguir un diamante sintético de otro natural, o al menos, conocer si son diamantes del tipo II y que no son excesivamente caros. Y por otro lado, ya existen también tiendas virtuales y no tan virtuales donde se puede adquirir los diamantes sintéticos.