Se trata de una figura femenina, en la que destaca el triángulo púbico. Es uno de los primeros modelos en los que la mujer aparece muy estilizada, de acuerdo con la estética actual. La figura representa a la Diosa Madre, símbolo de fertilidad y de vida en casi todas las culturas prehistóricas. La pieza actual que comercializa ahora la joyería almeriense está realizada en plata pura de ley.
El Argar es un importante yacimiento arqueológico de un poblado prehistórico del sudeste español, principalmente asentado en la localidad almeriense de Antas, pero que también se extendió a lo largo de las regiones de Murcia y Alicante, entre los años 5.000 y 1.000 antes de Cristo. El espectacular desarrollo de esta cultura hizo pensar que no mantenía ninguna relación con las fases anteriores, teniendo su origen en influencias mediterráneas; ahora se piensa que es una continuidad de la cultura de Los Millares.
Metalurgia avazada
Sus trabajos de metalurgia se caracterizan por el modelado de armas y la creciente presencia de adornos de plata y oro en los ajuares funerarios de mayor prestigio. Al final del período se realizan las primeras aleaciones de bronce. Materiales como el estaño, cobre y más tarde el oro y la plata fueron elementos que los argáricos manejaron habilmente. Algo que sí parece claro es que los pobladores del El Argar atendían el cuidado y adorno de las personas (la abundancia de ornamentos lo atestigua), joyas y armas abundan en el círculo cultural argárico, al igual que brazaletes realizados con alambres gruesos de metal, retorcidos en espiral o formando anillos, piezas de oro, plata o sus famosas diademas.
