Hasta ahí todo relativamente ‘normal’ dentro del amplio abanico de formas de comisión de delitos, si no fuera porque el caco pretendía hacerse con la joya a través de un sórdido truco de magia.
Efectivamente, según informa el diario La Vanguardia, el individuo entró a la tienda de Bulgari en Barcelona a eso de las tres de la tarde fingiendo ser el representante de un comprador que quería hacerse con un anillo de diamantes valorado en nada menos que siete millones de euros.
Mientras se ultimaban los detalles del pago, el representante pidió a las dependientas que introdujesen el anillo en una caja que traía, para “precintar la joya“ según las declaraciones de las empleadas, pero aquella caja tenía truco.
Contaba con un doble fondo y, en un descuido, el intermediario la sacó del doble fondo para guardársela habilidosamente en el bolsillo. La extraña forma de actuar despertó la sospecha de las dependientas y acto seguido activaron la alarma silenciosa del establecimiento para alertar a las autoridades.
Al poco se personó una pareja de la policía autonómica que, tras identificar al fallido prestidigitador, encontró el anillo robado en el bolsillo del supuesto comprador y fue detenido por tentativa de hurto.