Andema está dedicada a difundir el papel de las marcas como creadoras de valor añadido y a la defensa de la propiedad intelectual frente a las falsificaciones. Precisamente uno de sus objetivos será el de hacer llegar a la sociedad el efecto nocivo de estas actuaciones, que revierte en los impuestos, la pérdida de puestos de trabajo, inversiones y desconfianza de los consumidores.
Tous, vicepresidenta de la conocida firma joyera, ha invitado a convertir a la asociación en “la casa de todas aquellas empresas que tienen problemas ante estas infracciones y ante las cuales la defensa individual es inútil”.
Radiografía de las falsificaciones
Precisamente ayer se hizo público un estudio de la consultora Nielsen en el que pone algunas cifras inquietantes sobre la mesa:
El dato más preocupante es que un 43% de los encuestados admiten haber comprado falsificaciones, y resulta ligeramente más alto entre los jóvenes de 25 a 34 años (55%) aunque también afecta ampliamente entre la horquilla de 45 a 55 años (45%). El gasto medio en compra voluntaria de falsificaciones es de unos 33 euros.
Otro aspecto relevante es que, pese a que las falsificaciones normalmente han estado asociadas a gente sin recursos, lo cierto es que el estudio demuestra que cuanto más gastan los clientes en moda, más gasto realizan también en falsificaciones (Unos 52,6 de media por persona).
Las dos grandes capitales son las que encabezan también el consumo de fakes: Madrid, con 43 euros, ocupa la primera plaza, seguida de Barcelona con unos 37 euros de media. Además, el 39% declara haber sido estafado o conoce a alguien que ha comprado un producto pensando que era verdadero y ha sido engañado con una falsificación.
