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ESPECIAL PRODIAM 2016

La importancia de las gemas en el diseño de Joyas
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La importancia de las gemas en el diseño de Joyas

miércoles 14 de diciembre de 2016, 07:00h
El director del laboratorio del Instituto Gemológico Español, Egor Gavrilenko, la gemóloga y joyera Laura Márquez, junto al diseñador José Francisco Alfaya, abordaron durante sus respectivas intervenciones en la pasada edición de ProDiam la importancia de la gema en el diseño, desde diferentes perspectivas y con un amplio abanico de ejemplos que mostramos a continuación en un completo artículo de tres páginas.

El papel de una buena talla

Por Egor Gavrilenko | A la hora de abordar el tema de talla gemas hay dos enfoques: la calidad del tallado comercial y las tallas especiales (tallado de precisión). Hoy en día (como hace 10, 20, o 100 años) se siguen utilizando las mismas formas de talla tradicionales, aunque cada vez se demanda más la calidad de su elaboración.

La otra forma de ver la talla es ya no tomar la gema como algo dado, con su forma estándar, sino tomarla como una posibilidad de expresión artística, con vida propia. Que el punto de atracción de la joya sea la talla propiamente dicha.

Para las gemas de color, al igual que para el diamante que tiene sus parámetros de calidad más establecidos, las famosas C's, la talla suele ser el parámetro más olvidado. Falta de simetría, proporciones incorrectas, mal pulido… son algunas de las cuestiones a las que nos enfrentamos cada día en el laboratorio al analizar gemas de color.

Y es que con frecuencia el joyero o diseñador no se percata de que además del color y del peso, la talla es fundamental para la belleza de la gema, es el parámetro del que depende el brillo, “la vida” de las piedras preciosas. Afortunadamente esta situación se está cambiado y hoy en día se suele exigir mayor calidad de talla, también para la piedra de color.

Cuando un lapidario se enfrenta a la tarea de tallar una piedra tiene un dilema: aprovechar el máximo peso de la piedra, o hacerla con las proporciones correctas para que tenga mayor retorno de luz y brillo. Pero claro, si el joyero no exige esa calidad de talla, entonces el fabricante se decantará por el peso, puesto que al fin y al cabo la gema se vende por quilate.

Por eso en muchas ferias hoy en día se pueden encontrar, incluso al mismo precio por quilate, piedras bien talladas, y otras de proporciones malas, sin brillo. Dependiendo de la forma del bruto original, si la piedra se adaptaba a las proporciones correctas, entonces el resultado da un buen retorno de luz, mientras que si la piedra en bruto era más irregular, el resultado tendría mucho que desear en sus proporciones y brillo.

El parámetro de la calidad de la talla es muy técnico y hay que contar con ciertos conocimientos para valorarla, pero me voy a centrar solo en tres parámetros más importantes a la hora de saber si una talla es buena o mala:

El brillo de la gema
Viene definido por las proporciones y simplemente observando la piedra en vista de frente, si lo que vemos es mayoría de la piedra con facetas brillantes, y otras con algunas más oscuras que reflejan la luz en direcciones diferentes, eso es lo que buscamos.

Lo que hay que evitar es la presencia de una ”ventana” - área transparente en el centro de la piedra, donde la luz pasa a través de la gema, sin reflejarse en las facetas de la culata (pabellón). El papel de la culata es actuar de reflector para que toda la luz que entra en la piedra quede reflejada hacia el observador por la corona. En cambio, cuando la piedra es demasiado plana, o con una culata demasiado hinchada, va a tener este efecto de transparencia o “ventana”, donde la gema pierde brillo y también la saturación del color. Es algo muy básico pero en cada curso que damos me sorprende ver la cantidad de joyeros que lo desconocen.

Simetría en vista frontal
Si es una talla redonda, que no haya desviaciones notables del círculo perfecto, que no tienda a oval, por ejemplo. Si es una talla esmeralda, que todos sus lados sean paralelos, los vértices cortados a igual tamaño, si es corazón que ambos lados sean simétricos… etc. En vista de perfil, que la culata tenga curvatura simétrica, que la punta no esté desviada, porque si estas desviaciones se aprecian a simple vista por el joyero, también las verá la persona que lleve esta sortija a diario.

El pulido
La calidad del pulido se olvida bastante, pero una gema mal pulida tiene como una neblina, pierde lustre y también saturación de color. En gemas con índices de refracción bajos, un buen pulido puede hacer maravillas, proporcionándoles el brillo fuerte, típico para gemas de mayor índice de refracción.

En el Instituto Gemológico contamos con un nuevo certificado de piedras de color en el que además de la identificación del tipo de gema se introducen los parámetros de su calidad, tales como la graduación del color, pureza, y calidad de talla. Son unos parámetros muy importantes pero ningún certificado de otros laboratorios a nivel internacional lo está incluyendo aún.

Dentro de la talla de gemas en los últimos años, sobre todo en Europa y EEUU, está avanzando cada vez más el llamado tallado de precisión o tallado a medida, de calidad muy superior al tallado comercial estandar. Para tallar una piedra así se tarda mucho más y se utiliza otro tipo de maquinaria de precision.

En las fábricas de talla comercial, en China por ejemplo, una persona puede hacer unas 100 gemas al día, pero en el caso de la talla de precisión estamos hablando de 3 a 5 horas o más por cada piedra, además del tiempo que requiere el proceso de creación del diseño. Pero si lo que se pretende es de hacer joyas únicas, de personalizar la joyería, entonces este tipo de lapidación adquiere mayor sentido, porque las gemas se convierten en joyas en sí mismas que adquieren personalidad propia en la pieza.

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