Como especifica el director del laboratorio gemológico en su blog, el precio que le piden al comprador por este lote es de 1.500 euros/quilate. El peso de las tres piedras ofertadas alcanza los 35,04 quilates, con un precio de venta de 52.560 euros. No es mal negocio, teniendo en cuenta que el coste de estas circonitas no supera los 20 euros.
Claro que, matiza Llopis, lo que llama la atención a los "incautos" compradores es el buen color blanco, equivalentes a colores F, G o H, con muy buena pureza de VVS o VS. Y también su gran tamaño, que permitiría obtener supuestos diamantes tallados de cuatro, cinco y hasta seis quilates. Cualidades que resalta el vendedor para que el incauto pique y haga la compra.
Lo peligroso de todo esto, continúa Llopis, es estas piedras han llegado a un nivel tal de perfección, que imitan hasta las estrías de crecimiento que presentan los octaedros de diamante, así como rugosidades y pequeñas cavidades muy superficiales que intentan imitar a los trígonos que presentan los diamantes de verdad en las caras de octaedro.
Por otro lado también llama la atención del laboratorio el hecho de que con un simple conductímetro se detectaría el engaño. "Con un mínimo de conocimiento, se puede comprobar como con un lápiz de dureza 9 de Mohs lo raya con facilidad, lo que nunca pasaría con un diamante", afirma.
Más información en el Laboratorio M. Llopis