Una cifra que es casualmente por la que la marca Ligthbox –propiedad de De Beers— vende sus diamantes de aproximadamente un quilate con diseños de joyas en plata desde que fue lanzada hace casi tres años.
El grupo minero asegura haber encuestado a cerca de 5.000 usuarios en Estados Unidos y el 47% de los consumidores no está de acuerdo con la afirmación de que los diamantes sintéticos sean "reales" aunque al mismo tiempo estén dispuestos a comprarlos. El informe no es del todo transparente ya que no muestra el porcentaje de encuestados que sí los considera auténticos, o a quienes no tienen una opinión formada.
Por estas consideraciones, a las que se unen la opinión de “falta de rareza” o que se devaluarán con el tiempo, “7 de cada 10 consumidores afirman que no pagarían más de 1.000 dólares por un diamante sintético” apunta el estudio de De Beers.
Steve Coe, director ejecutivo de Lightbox, señala: "Siempre hemos vendido nuestros diamantes sintéticos a un precio transparente, derivado de un margen comercial razonable por encima del costo de producción real, en lugar de ajustarlo al valor de un diamante natural”. “Las recientes caídas de precios de los diamantes creados en laboratorio simplemente indican que hoy estamos donde otros estarán mañana” añade.