“Los diamantes de este tamaño y color son un verdadero milagro de la naturaleza. Por tanto, decidimos bautizar este cristal excepcional en honor a la primera vacuna rusa contra el coronavirus, que también es un milagro, pero creado por las manos de nuestros científicos”, recuerda el director general de la compañía, Serguéi Ivanov.
La Sputnik V se convirtió el pasado mes de octubre en la primera vacuna contra el coronavirus aprobada en el mundo y tomaba su nombre del primer satélite espacial soviético, lanzado al espacio en 1957.