Las consecuencias derivadas de la entrada en vigor del R.D. 463/2003 de 14 de marzo, por el que se declaró el Estado de Alarma, han hecho absolutamente patentes desde el momento en que el art. 1 del Real Decreto acordó que "Se suspende la apertura al público de todos los establecimientos y locales minoristas, excepto los destinados a venta de alimentos...".
Y en el subsiguiente listado de negocios que pueden permanecer abiertos no se incluyen, lógicamente, las Joyerías y las Relojerías. Pues con tan poquitas palabras, se ha mandado a casita a todos quienes tienen abierta al público una Joyería o una Relojería.
Asociaciones, Gremios y Colegios deberán hacer un esfuerzo titánico y exigir de las autoridades la adopción de las medidas precisas para reconstruir nuestro Sector en ruinas
Como se nos han cerrado las vías de ingresos, pero no se ha cerrado, en paralelo, ninguna de las vías de gasto (impuestos, salarios de empleados, seguros sociales, alquileres, etc., que únicamente pueden aplazarse pero no dejar de ser pagados) supondrá una necesidad de endeudamiento difícil de soportar para la mayoría de los profesionales del Sector. Como consecuencia, la pervivencia de nuestros negocios se halla amenazada de muerte.
Cuando esto termine (y recalco "cuando termine"), habrá que barrer los pedazos rotos, y ponerse a la tarea de reconstruir la economía nacional.
Entonces será la hora de quienes nos representan. La Asociación Española, los Gremios y Colegios Profesionales y las Asociaciones sectoriales, deberán hacer un esfuerzo aún más ímprobo que el que ya acostumbran, y ponerse a la cabeza de todos nosotros para exigir de las autoridades la adopción de las medidas precisas para reconstruir nuestro Sector en ruinas. Soy consciente de la magnitud del esfuerzo pedido, pero no nos queda otra...