Los científicos aseguran que estas baterías podrían emplearse para alimentar dispositivos como computadoras, marcapasos, satélites y futuras naves para viajes espaciales, ya que no sería necesario recargarlas "durante cientos, o incluso miles de años".
En teoría funcionan como pequeños reactores nucleares impulsados por el carbono de los diamantes y ya están preparando una prueba piloto. Su objetivo es crear, junto a una empresa privada, una compañía capaz de producir entre 10.000 y 20.000 dispositivos cada año.