Uno de los numerosos actos que se llevaron a cabo durante el fin de semana del encuentro fue la entrega de diplomas a los alumnos de las diferentes especialidades. Más de un centenar, la mayoría jóvenes, acudieron a recoger el documento que acredita el premio a su esfuerzo y trabajo. Pero no sólo había jóvenes que empiezan en este casi inabarcable universo de las gemas. También profesionales menos jóvenes, pero con años de carrera a sus espaldas, que siguen ampliando sus conocimientos para competir en un mercado que no da tregua al inmovilismo.
Y con esta mezcla de juventud y madurez, una de las principales conclusiones que se extraen es comprobar cómo, a través de la formación, se vertebra este Sector. Existen relaciones personales, comerciales y laborales que, sin duda, también contribuyen a hacerlo posible. Pero es quizá la necesidad de la formación continua la que mejor ilustra la formidable evolución de una industria en movimiento constante y el afán de los profesionales por atesorar y actualizar conocimientos.
Para un conocido joyero, que suma en su haber más de 30 años de experiencia en la astillera, el ‘reciclado’ y la formación en nuevas tecnologías ––en este caso en diseño 3D–– no han sido sólo cuestión de actualizar sus conocimientos por capricho, sino por pura y dura supervivencia. Y no es el único caso. Por supuesto, decenas de profesionales —por no cifrarlos en centenares— se someten periódicamente al examen que requiere tan exi-gente mercado para ampliar sus propios conocimientos.
Afortunadamente, en nuestro país tanto la formación, en Joyeria como en Gemología, está asegurada con un amplio abanico de oferta. Junto al IGE destacan otras entidades como la Asociación Española de Tasadores de Alhajas (AETA), así como los recursos en formación que ofrecen los Gremios, o las escuelas y centros privados.
Junto a la necesidad de vender, el reto de la formación es una constante, que atañe a todos los profesionales de este Sector. Que les sea útil. Es nuestro mayor interés.
