... para que guardara la vida del destinatario muchos años y al que no se plegaba a la norma lo menos que le podía pasar era que su impreso fuera directamente a la papelera.
Afortunadamente la cosa cambió pero me temo que hemos ido al otro extremo pasándonos de frenada en el compadreo: del Don Juan al Juanillo.Es cosa ya aceptada que los alumnos tuteen al profesor, y la campechanía se lleva al punto en que muchos maestros se conforman con no ser zaheridos de palabra u obra por los tiernos educandos o sus orgullosos progenitores.
En el terreno empresarial también se nota el deslizamiento de la cortesía y la buena educación. De la carta correctamente redactada al proveedor o al cliente con su encabezamiento y su despedida afectuosa al correo electrónico o el WhatsApp en los que ni siquiera se dan los buenos días. Sin contar con las faltas de ortografía, abreviaturas absurdas o el abuso de los cansinos emoticones.
La publicidad ha desterrado el usted por sistema. Echen un vistazo a cualquier anuncio: tu coche, tu préstamo, te damos, te ofrecemos… Como profesional me molesta que empresas de servicios con las que trabajo sme tuteen sin antes pedir permiso, dando por sentado que la amabilidad va pareja con la desvergüenza.
Afortunadamente el comercio en general y la joyería en particular son reductos donde al cliente se le trata con cierta deferencia. Al igual que hay una Ley de Protección de Datos cuyo servicio de adaptación le cuesta los cuartos al empresario debía de promulgarse una de protección de la dignidad que obligase a preguntar al cliente antes de tratarlo directamente como a un coleguita en una botellona.
Enrique Orozco es gemólogo. Socio de AETA y vocal de Comunicación.
_66270081c6fc1.jpg "La trazabilidad certificada es clave en las joyas")
