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Una firma americana subasta esmeraldas del galeón Nuestra Señora de Atocha

jueves 23 de febrero de 2017, 07:00h
Guernsey’s venderá unas esmeraldas procedentes del naufragio en Florida de un navío español del siglo XVII.

La casa neoyorquina Guernsey’s ha anunciado la subasta el próximo 25 de abril de la colección privada de esmeraldas del difunto comerciante de gemas Marcial de Gomar. Parte de esas piedras proceden del naufragio en 1622 frente a las costas de Florida, del buque ‘Nuestra Señora de Atocha’ que el comerciante obtuvo como pago por su trabajo como tasador para la empresa que en 1985 recuperó los tesoros del barco español.

No obstante, no todas las piezas proceden del naufragio del galeón. En total salen a subasta 32 lotes que incluyen 20 esmeraldas en bruto y facetadas, además de 13 joyas de oro engastadas con estas gemas, y varios lotes de monedas españolas y americanas del siglo XVII. Una de las joyas de la colección es una impresionante esmeralda en bruto de 887 quilates llamada ‘La Gloria’ que está considerada como una de las mayores del mundo.

Entre las piedras también hay rarezas obtenidas por el comerciante a lo largo de sus más de 40 años de carrera, a caballo entre Estados Unidos y las minas colombianas de Muzo, como es el caso de una esmeralda en talla doble cabujón de 25 quilates con asterismo. Un fenómeno óptico que produce un brillo en forma de estrella en algunos tipos de gema cuando se cortan en cabujón. Lo extraño es precisamente encontrarlo en esmeraldas y, según el Instituto Gemológico de América, en el mundo sólo hay certificadas una docena de este tipo.

El naufragio del Nuestra Señora de Atocha

El galeón español del que proceden algunas de las piezas que saldrán a subasta formaba parte de la Flota de Indias y en septiembre de 1622 regresaba a Sevilla tras recalar en Cartagena de Indias y La Habana, pero nunca llegó a su destino.

Una tormenta se lo llevó a pique frente a las costas de Florida y con él a las 265 personas que llevaba a bordo (sólo sobrevivieron cinco) y también a su inmenso cargamento de oro, plata, joyas y piedras preciosas, valoradas en más de 500 millones de dólares actuales. El mismo temporal también hundió el Santa Margarita, otro barco de la flota cargado con oro, plata y riquezas de las Américas.

En los días siguientes al naufragio se pudieron recuperar algunos de los tesoros pero un huracán posterior acabó dispersando los restos, que permanecieron enterrados en el lecho marino durante más de 350 años hasta que un cazatesoros estadounidense llamado Mel Fisher se lanzó a su búsqueda en 1969.

El empeño llevó 16 años en los que el cazatesoros perdió incluso a un hijo en la búsqueda pero finalmente acabó dando con el pecio principal y con la inmensa fortuna que escondía bajo la arena. En este caso no ocurrió lo mismo que con los restos del naufragio del Nuestra Señora de las Mercedes, en parte recuperados por el Gobierno español tras años de litigio, ya que los buques estaban hundidos en aguas territoriales norteamericanas.

Hoy en día sólo una pequeña parte de los restos se pueden visitar en el museo que la familia Fisher tiene en Cayo Hueso, Florida. Lo más jugoso de los tesoros encontrados se subastó en la sala Christie’s de Nueva York, en 1988.

Más información para aquellos que quieran acceder a la subasta en la web: www.guernseys.com/v2/gomar.html