Aunque el Gobierno chino aún no ha movido ficha frente a las constantes provocaciones del presidente norteamericano, los analistas económicos muestran ya su preocupación por el futuro del que actualmente es el mejor mercado para la firma joyera. El año pasado sus ventas crecieron un 7% en el país asiático, alcanzando los 200 millones de dólares.
Y no es la única marca temerosa de las repercusiones que la política de 'América primero' pueda tener a corto y medio plazo en sus cuentas de resultados. Según Credit Suisse, los millones de consumidores chinos pueden “acabar optando por un Mercedes en lugar de un Ford, o de una camiseta Adidas frente a Nike”, explican a modo de ejemplo.