Sin embargo, parece claro que en el futuro podremos prescindir del proceso de microfusión para obtener un original en metal, puesto que tendremos la posibilidad de imprimir nuestros diseños directamente en este material. Ahora bien, ¿estamos hablando de un futuro lejano? Al ritmo que avanza la tecnología, en absoluto.
Una de las entradas más leídas del blog de 925lab es la que dedicamos a OLO, una impresora 3D de 99 dólares que, si cumple lo que promete, está llamada a marcar un antes y un después. No obstante, nos encontramos ante un dispositivo que imprime en resina… no como otra impresora de la que hablamos el pasado mes de mayo: la YBRP-140 SLM de la empresa china Yibo3D, que nos prometía un equipo capaz de sinterizar metales del tamaño de una lavadora doméstica y un precio en torno a 150.000 euros. ¿Impresionante? Por supuesto, pero cada vez hay más jugadores que entran en este terreno de juego.
Una nueva tecnología de impresión 3D de metal: ADAM
En noviembre, el Instituto Fraunhofer presentó su propuesta de impresora 3D de metal low cost. ¿A qué se refieren cuando afirman “de bajo coste”? Pues aluden a una impresora que utiliza tecnología de sinterizado directo de metal por láser (DMLS, sus siglas en inglés) que, según afirman, van a poner en el mercado con un precio de venta que debería rondar los 30.000 euros. Suena prometedor, ¿verdad?
El mes pasado la marca estadounidense Markforged presentó en el CES Las Vegas 2017 una nueva tecnología de impresión de metal: ADAM (Atomic Diffusion Additive Manufacturing). Esta técnica es asimilable a las tecnologías de deposición de material fundido puesto que los objetos se imprimen capa por capa (pero el material es un metal, no una resina). ¿Cómo es esto posible? Lo que hace The Metal X, la impresora que han presentado, es utilizar aglutinantes de plástico que son eliminados después de la impresión. Y lo hace por menos de 100.000 dólares, a tenor de lo anunciado por su fabricantes.
¿Es una idea nueva? En absoluto, en 925lab ya hablamos de la propuesta de Filamet en agosto del año pasado. Lo que sí es cierto que esto parece una nueva vuelta de tuerca sobre este concepto.
¿Alguna de estas compañías logrará imponer su propuesta en el mercado? Como es obvio, es imposible saberlo… al menos para los que no nos dedicamos a la videncia. Lo que sí que salta a la vista es que esta tecnología continúa desarrollándose a pasos agigantados y que quizás antes de lo que pensamos tengamos acceso a equipos que resulten rentables para cualquier taller de joyería de mediano o gran tamaño.
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