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Lo ‘inteligente’ seguirá siendo hacer relojes

miércoles 27 de enero de 2016, 07:00h
Un modelo de cuarzo fabricado por Zenith en los años 80.
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Un modelo de cuarzo fabricado por Zenith en los años 80.
Era sólo una cuestión de tiempo que las nuevas tecnologías comenzasen a entrar en el universo relojero. Desde que hace unos meses el gigante informático Apple...

... lanzó su i-watch, algunos de los principales fabricantes del mundo vieron en esto una amenaza sobre la que tenían que ponerse manos a la obra.

Y es que, como el Rey Midas, todo lo que toca la empresa californiana lo convierte en oro, motivo por el que el mercado relojero no puede permitirse dejarse aventajar por un recién llegado al sector. Máxime teniendo en cuenta cómo la tecnología móvil ha fagocitado parte del mercado relojero más joven. ¿Para qué un reloj, si mi teléfono además de dar la hora dispone de unas funcionalidades sin fin?

Por este motivo marcas tradicionales comoTag Huer o Breitling han apostado por una línea de negocio enfocada a este mercado, pero tratando de no perder su esencia como fabricante de relojería mecánica. Porque perder las raíces es un error estratégico irrecuperable en este sector tan competitivo. Esto lo sabe bien la industria suiza.

De hecho algunas de las manufacturas más potentes no quieren saber nada de estos mecanismos supuestamente ‘inteligentes’. Y no les falta razón. No hay más que ver cómo marcas relojeras centenarias sucumbieron, en los años 70 y 80 del siglo pasado, a los cantos de sirena de la tecnología del cuarzo, pero a costa de perder su identidad y con ello su posición en el mercado.

El segmento que se verá más afectado a corto y medio plazo es el que va de los 300 a los 1.000 euros, porque un comprador de relojería superior puede compatibilizar el la compra y el uso de ambos dispositivos sin demasiados problemas.

Es en este segmento es donde marcas relojeras tradicionalmente tecnológicas como Casio han visto un importante nicho, sobre todo en el relacionado con el deporte y las actividades al aire libre.

Y aún así, sólo se trata de una línea más de su negocio. Como explican a este Periódico desde la firma japonesa, no todo tiene que ser smart (inteligente), al menos en un futuro inmediato, pero lo cierto es que esta tecnología ha venido para quedarse.

Que les sea útil. Ese es nuestro mayor interés.