Brasil está en el punto de mira de los diamanteros belgas. Y aunque hoy día ocupa el puesto 17 entre los países productores, con 50.000 quilates y un valor en torno a los 3,5 millones de dólares anuales, cuenta con un "tremendo potencial". El 46% de la producción brasileña de diamantes va hacia el mercado norteamericano, mientras sólo el 23% se procesa en Europa.
No obstante, sondeos recientes han descubierto al menos 50 potenciales minas de diamantes y este año entrará en plena producción la mina Lipari, que producirá unos 225.000 quilates anuales que sí se procesarán en Amberes.
“Esas minas son actualmente territorio inexplorado", asegura un portavoz del Centro de Diamantes de Amberes, y añade que la entidad belga "busca aportar a Brasil su know how tanto en la extracción como en la comercialización, incluyendo la implantación de regulaciones que eviten abusos en la explotación de esta riqueza".
Por este motivo parte de la misión comercial se dedicará a un seminario sobre el Proceso Kimberley, implantado en África desde el año 2000 y que ha redicido significativamente la entrada al mercado de los 'diamantes de sangre', dedicados a financiar a grupos armados y conflictos locales, desde que alcanzaran su máximo a finales de los años 90.
Para 'convencer' al Gobierno brasileño el portavoz del AWDC recuerda también que Amberes genera anualmente en torno a los 60.000 millones de dólares con el comercio de diamantes.
