Para este año que comienza son muchos los análisis que se vienen realizando por parte de diseñadores, empresas e instituciones, y si hay una palabra para definir los estilos que más van a poder verse en los escaparates de los establecimientos españoles es, precisamente, la heterogeneidad de formas ...y también de materiales.
Como ya es norma en la Joyería de estos últimos años —marcada por la crisis y una mayoría de consumidores poco animados a grandes dispendios—, la plata continuará siendo el metal más demandado. Se buscarán los tonos mates y pulidos brillantes, combinados con diamantes y otras piedras incoloras. Aún así, el oro comienza a reaparecer cada vez más en los nuevos diseños, tanto como complemento a la plata, como en su versión rosa.
El uso de metal procedente de la minería ‘sostenible’ es también una opción que cada día va sumando más adeptos entre los propios fabricantes, seguidores de una tendencia que con toda probabilidad irá en aumento conforme vayan mejorando la confianza y el bolsillo de los consumidores.
En los diseños convivirán la pureza formal de los años '20 ––del siglo pasado–– personificada en el Art Decó, junto a la explosión de color y etnicismo propios de los años '60. Siluetas simples sobre piezas minimalistas al mismo tiempo que grandes volúmenes con piedras de color, textiles y charms de toda índole.
Esta heterodoxia permitirá que adquiera aún más valor la joyería personalizada. Una opción que los establecimientos tienen cada vez más en cuenta a la hora de ofrecer a sus clientes propuestas diferenciadas, con joyas hechas a medida de sus gustos y posibilidades económicas, que impulsen nuevamente la actividad sectorial .
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