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OPINIÓN | EDITORIAL

Una ley huérfana antes de alumbrarse

jueves 29 de octubre de 2015, 11:35h

Aún no ha nacido y ya preocupa. La normativa reguladora de los ‘minerales de conflicto’, que está preparando la Dirección General de Comercio de la Comisión Europea, tiene en vilo a toda la Industria del Lujo, tanto nacional como extranjera, porque la ley incluirá a un material inherente al Sector: el oro.

El director gerente de Feria de Vicenza, Corrado Macco, abrió el seminario dedicado a la legislación sobre metales procedentes de zonas en conflicto.
El director gerente de Feria de Vicenza, Corrado Macco, abrió el seminario dedicado a la legislación sobre metales procedentes de zonas en conflicto.

El primer hecho inquietante es precisamente su nombre (si finalmente adquiere esa nomenclatura) puesto que ese apelativo, de conflicto, puede acabar demonizando a todo el Sector en una sociedad como esta, con tanta facilidad para asumir la parte por el todo, influida por titulares altisonantes.

Y es que lo conflictivo no es el metal, sino quienes aprovechan el vacío gubernamental en algunas zonas del planeta para socavar los Derechos Humanos más básicos, como bien apunta la Asociación Española de Joyeros, Plateros y Relojeros, en una carta remitida a la Comisión Europea. Proteger esos derechos es, a priori, el objeto de la futura regulación europea, pero la Industria no acaba de verlo claro.

A finales de enero se reunió precisamente en Vicenza una representación internacional encabezada por la Confederación Mundial de Joyería (CIBJO) y el Consejo para la Joyería Responsable (RJC), con el propósito de analizar la ley norteamericana que acaba de entrar en vigor  y su futura homóloga europea. Una de las principales conclusiones es que esta ley penalizará por igual a grandes, medianas y pequeñas empresas, ya que aumentará los trámites burocráticos y el coste de las importaciones porque, en principio, deberá demostrarse que el oro, o las joyas, no proceden de áreas en conflicto.

Este handicap restará competitividad a una industria que viene demostrando en los últimos años su firme compromiso social y ambiental, mediante autoregulación, con la auto-imposición de normas de conducta responsables. También con la adhesión a la Guía de Diligencia Debida de la OCDE: un mecanismo de control que asegura el suministro de oro libre de conflicto y evita la marginación de la minería artesanal en estas zonas.

Y es que ese es otro de los grandes problemas que conlleva esta ley; pues a mayor número de trabas e imposiciones, más se acabará perjudicando a las comunidades cuyo único sustento es la extracción de oro. Una ley que, ya antes de nacer, está huérfana de apoyos y que, además, ni erradica ni ahonda en el fondo del problema.

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