A pesar de la tradición platera familiar, Germain inició su carrera como pintor y fue a comienzos del siglo XVIII cuando volvió su mirada hacia la platería. Realizó la mayoría de sus obras para la familia real francesa y fue también requerido por otros monarcas europeos.
Los modelos de Germain se convirtieron en referencia fundamental del diseño rococó y el autor alcanzó algunas de las máximas cotas en el diseño y fabricación de candelabros. Precisamente uno de ellos, fechado en 1733, se subastó en Sotheby's en el año 1996 por la friolera de diez millones de dólares.
Desgraciadamente, buena parte de sus trabajos se destruyeron en el cataclismo económico y social de la Revolución francesa y otra parte de su obra, perteneciente a la nobleza portuguesa, desapareció durante el terremoto de Lisboa de 1755.