La Guardia di Finanza, dependiente de la Hacienda pública italiana, está investigando una presunta evasión fiscal ya que, según Il Corriere, parte de la facturación de la empresa durante 2011 se habría canalizado a través de varias sociedades con sede en Luxemburgo e Irlanda, en lugar de haberlo hecho en el país de origen.
Pese a las acusaciones del fisco transalpino, el presidente de la división italiana de LVMH, Francesco Trapani, asegura que la empresa "siempre ha cumplido con las disposiciones fiscales en Italia y en el extranjero".