Si bien una parte de las denominaciones incorrectas son fruto de la ignorancia, cosa incomprensible, después de más cuarenta años de Gemologia en el Estado Español, muchos de estos nombres usados lo son de manera fraudulenta y con pleno ánimo de engaño.
En una determinada sala se asegura que las joyas fotografiadas son de Jade, lotes: 2, 16, 133, 192, 241, 365, 371, 391, 392, 393 y 439 entre otros, cuando en realidad se trata de crisoprás teñido.
En otras ocasiones se encuentra indiscriminadamente la palabra turquenita o turquesa, cuando son teñidas y muchas de ellas ni tan siquiera son turquesas. No olvidemos los lotes en los que se asegura que son perlas "finas" cuando en realidad son cultivadas, recuerda Báguena.
En otra sala, en los lotes 7, 78, se indica el peso de la piedra en quilates afirmando que son espinelas, sin especificar que son espinelas sintéticas, imitación aguamarina. En otros se denominan topacios (lotes 42, 90, 306), sin especificar que son tratados.
En una tercera sala se ofrecen piezas de cuarzo azul, turquesa "reconstituida" (en todo caso seria reconstruida), plata rusa, coral "que no lo es", topacios que son citrinos, etc.
Esta "mala praxis" por parte de estas salas de subastas y otros establecimientos que comercializan joyas, perjudica gravemente a los que nos esforzamos de denominar cada gema por su verdadero nombre, de acuerdo a la nomenclatura CIBJO.
Báguena recuerda que, en Cataluña, los estatutos del JORGC indican que la nomenclatura CIBJO es la propia del Colegio, por lo que debería actuar y denunciar estos hechos, aunque los infractores no pertenezcan al mismo, para defender a sus asociados.
_66270081c6fc1.jpg "La trazabilidad certificada es clave en las joyas")
