La pieza más deseada acabó con un precio seis veces superior al estimado. Se trata de un corpiño de diamantes del siglo XVIII, (entre 75.000 y 100.000 euros) y vendido por más de 475.000 euros finalmente. La pieza está compuesta por una serie de guirnaldas, con motivos florales, suspendiendo tres borlas desmontables, y engastadas con diamantes color rosa.
Otro de los lotes, una tiara de diamantes elaborada en la segunda mitad del siglo XIX y en forma de espigas de trigo, también superó la nada desdeñable cifra de 460.000 euros, con un precio de partida igual que la anterior.
Entre las piezas destacó el delicado broche en forma de libélula del periodo Art Decó, con una estimación de entre 5.200 y 7.700 euros, que finalmente alcanzó los 17.000 euros. La joya está compuesta por madreperla, rubíes, diamantes rosa y esmalte.