"Cuando era pequeño, ya no sé los años que hace, recuerdo la afición que desde el colegio nos transmitían a coleccionar minerales. Poco a poco sin darte cuenta tenías una cajita con compartimentos que llenabas con pequeños cristales de minerales. Les colocabas la etiqueta con pegamento para recordar el nombre de cada pieza. Te gustaba enseñárselo a los amigos y compañeros de colegio, y alucinábamos pensando en que la naturaleza les daba esas formas poliédricas tan perfectas y bonitas. Con el paso de los años esos minerales van dejándose en un rincón en el olvido, te emancipas, te casas, en fin, abandonas la casa familiar para empezar tu nueva vida en pareja, de los minerales ya no te acuerdas y seguramente tu madre cuando ha hecho la limpieza en casa los habrá considerado un trasto y se deshace de ellos.
Luego, poco a poco empiezas a recuperar aquella afición y te buscas un rincón en tu estudio o habitación de esparcimiento donde haces un hueco para volver a colocar minerales. Pero ahora ya son más grandes, de una belleza especial y te gusta colocarlos en su estantería, con peanas o pedestales de plástico o de metacrilato. Cada uno lleva su etiqueta con el nombre del mineral, de la variedad e incluso el yacimiento de donde procede. Esta historia es la que un amigo mío me ha contado y con el que comparto vivencias similares. A diferencia de mí, que me dedico a la Gemología, él tiene un trabajo que no tiene nada que ver con los minerales y las gemas, sin embargo ha recuperado su afición y con gran orgullo me enseñó su colección.
A diferencia de la infancia, en la que cambiabas minerales con compañeros y otros te los compraban tus padres en pequeñas cajitas preparadas, ahora se los compra uno, con mayor o menor inversión y según cada cual se disfruta haciéndolo. Lo habitual son tiendas de minerales, pero también los hay que se patean las ferias de minerales, en Madrid, en Barcelona, en Valencia. Son algunas de las que conozco en España. Pero a la que tengo ganas de ir es a Euro-Mineral en Sainte Marie aux Mines, un pueblecito de Alsacia en el nordeste francés y a Tucson en Estados Unidos. Bueno, pero todo se andará.
Hace algún tiempo tuve el placer de hacer un estudio de una excelente colección privada que un cliente había heredado de su padre. Este señor quería tener una ficha con las fotos y los datos mineralógicos de cada una de las piezas que su padre había coleccionado y que con gran lujo tenía expuesta en el salón de su casa. Estancia enorme, en sitio preferente, estanterías de baldas de vidrio incoloro grueso, luces cenitales halógenas. Allí estaban los minerales, sobre grandes peanas de metacrilato. Piezas singulares de gran tamaño y belleza especial. Cuando los admiras, no te queda más remedio que afirmar "qué sabia es la Madre Naturaleza".
Si te apetece coleccionar, no hace falta realizar grandes inversiones, puedes empezar con minerales más comunes, pero no exentos de belleza, colocarlos sobre peanas o pedestales y empezar a llenar poco a poco tu vitrina de casa o de tu tienda. Es de gran ayuda comprarse un manual de minerales, los hay muy gráficos, con gran profusión de fotos y muy didácticos y no se necesitan tener conocimientos previos. Es otra forma de tener formación gemológica. ¿Te gustan los minerales?"
Manuel Llopis es gemólogo, director del Laboratorio Gemológico MLlopis de Valencia
www.gemologiamllopis.com
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