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El día del Padre no salva un mes de marzo que continúa con la tendencia negativa de los últimos meses

jueves 29 de octubre de 2015, 11:35h

Lamentablemente, los resultados arrojados por una encuesta, realizada por la Redacción de Gold & Time cubriendo diversas regiones del país, no son nada esperanzadores. La tónica es mala, por no decir muy mala, y la perspectiva de futuro, cuanto menos, incierta.

La dificultad para competir con el mercado asiático es una de las barreras insalvables para variar el rumbo de las escasas ventas. Ramón, de Barcelona va incluso más allá: "no sabemos cuanto tiempo podremos aguantar con el negocio abierto. Hablas con otros compañeros y están en la misma situación". Y es que el momento es preocupante a lo largo y ancho de la geografía. En A Coruña, Sevilla o la capital, es extraño encontrar algún profesional que responda que se mantiene estable.

Precisamente en Madrid, José Antonio afirma que gracias al taller no se le hunde el negocio: "no es que te salve el mes, pero al menos va funcionando y equilibra lo que no vende la tienda. Es verdaderamente dramático". En concreto, este último joyero, que tiene su tienda próxima a la estación de Atocha, asegura que únicamente vendió unos gemelos de plata para la pasada celebración del día del Padre.

En cuanto a las ventas más comunes, se mueven los pendientes de niña, de entre 60 y 90 euros, pero difícilmente superan las joyas vendidas el precio psicológico de los 100 euros. "La gama alta hemos dejado de trabajarla, actualmente estamos vendiendo algo mejor los moderlos Eco-drive de Citizen, pero tampoco es algo espectacular", asegura José Antonio. "Estamos dando salida a cosas baratas. El consumo sigue bajando de manera evidente, lo vemos día a día, y no parece que esta tendencia vaya a majorar", se sincera una joyera desde Valencia.

Otro profesional, con su comercio cerca del puerto de Barcelona, nos asegura que ve llegar barcos cargados de joyería llegada de Oriente: "con esos precios no se puede competir. No consumimos lo que generamos. Para el consumidor es más barato, pero al final los comercios nacionales que apostamos por otro tipo de producto de mayor calidad nos estamos arruinando. No son pocos los compañeros que se han visto obligados a cerrar el negocio".