Las series dedicadas a la joyería y al arte orfebre de la muestra que han disfrutado más de 200.000 personas, se dividen en tres secciones. La primera, "El oro de los nómadas de Eurasia" es la primera colección arqueológica rusa, conocida como Colección Siberiana de Pedro I y se formó en el primer cuarto del siglo XVIII con piezas procedentes de los saqueos de los kurganes y de los hallazgos de las primeras excavaciones científicas.
En segundo lugar el visitante puede deleitarse con "El oro de los griegos", colección de orfebrería griega que contiene joyas antiguas de gran relevancia artística e histórica procedentes de adquisiciones, regalos personales y donaciones, así como de los hallazgos de las excavaciones de la costa septentrional del mar Negro.
Finalmente destaca la sección "Artes Decorativas de Oriente y Occidente", integrada por piezas que fascinaron a Pedro I El Grande, quien orientó su corte hacia el gusto europeo y atrajo hacia ella a maestros de Rusia y de Europa Occidental para responder a la elevada demanda de lujo asociada a la nueva etiqueta cortesana. El zar reunió en un gabinete de maravillas extraños objetos de la naturaleza junto con joyas y obras de arte, siguiendo el ejemplo de otros monarcas europeos.
"Peine con escena de batalla" (fechada entre los siglos V y IV a. C., original de la cultura escita, realizada en oro, elaborado con detalles sueltos fundidos a partir de moldes de cera, algunos de los cuales fueron forjados y soldados entre ellos), o las obras de joyería siberiana que proceden de las colecciones de Pedro el Grande son algunas de las más impresionantes obras de la muestra, que incluirá también la espada decorada con plata, rubíes y diamantes, donada al zar en el siglo XVIII por el embajador indio, y el bellísimo Vaso de flores en cristal de roca, oro y diamantes de Carl Fabergé, joyero de la familia imperial.