"¡Cese ya el atambor,
que están mis nobles
cansados de redobles,
y yo ahito, de tanto parchear, y tanto pito".
Pues bien, yo no se si los nobles mantienen su cansancio, pero lo cierto es que el pueblo llano, del que los esforzados mesnaderos del Sector de la Joyería y la Relojería somos parte, está ahito de la continuada sucesión de "parches" para tratar de regular la maltrecha actividad económica (sin osar, por no molestar, afrontar la necesaria reforma integral de una vez), y de la fanfarria de trompetazos con la que nos venden toda esa serie de pequeñas tiritas legislativas, como si de la obra ciclópea de levantar el Templo de Jerusalem se tratara.
¡Ojo, que no está en discusión que algunas de esas medidas resultarán beneficiosas!. Y me refiero, concretamente, a la posibilidad de que, a partir del 1 de Enero de 2014, no exista la obligación de incluir en la Autoliquidación del IVA aquellas cuotas repercutidas que no nos hayan sido satisfechas. Y nos presentan la medida como un mérito de nuestros gobernantes, que han dado con la tecla que ha de fomentar a los "emprendedores" y a regenerar el tejido productivo.
¡Señores, déjense de mandangas y Juegos Florales!. La tan cacareada medida no hace otra cosa que reparar (y solo a partir del año próximo) una injusticia histórica consistente en que se exigiera a los sufridos empresarios y profesionales pagar a Hacienda por unas cuotas de IVA aún cuando no las hubieran percibido, adelantando de su peculio, cada vez más expoliado, un impuesto solo "repercutido" de nombre, pero no de facto.
¿Y de eso alardean?, pues aviados vamos con los padrastros de la patria.