La película cuenta la historia de un viejo escultor de fama, cansado de la vida y de la locura de los hombres, que rencuentra, gracias a la llegada de una joven española escapada de un campo de refugiados, el deseo de volver a trabajar y esculpir su última obra en la Francia ocupada de 1943. Modelo y artista, mientras trabajan, hablan de todo lo que les rodea.
En la ceremonia nocturna de alfombra roja, Aida Folch lució un espectacular reloj de 1955, pieza única del museo de la Manufactura Suiza: el Haute Joaillerie à couvercle de Jaeger-LeCoultre.