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¿Qué hacer con las piedras desengastadas?

Consejos del gemólogo Manuel Llopis para poner en valor todas esas gemas procedentes de la compra de joyas

jueves 29 de octubre de 2015, 11:35h

Pocas o muy pocas son las joyas que le queda a la gente por vender, es hora de ir pensando en reconvertir mi tienda de compra venta y adaptarla a las circunstancias actuales. Muchos de estos establecimientos, pequeños talleres y no tan pequeños y joyerías empiezan a sacar esos botes o cajitas llenas de piedras que se han ido desengas-tando durante estos últimos años. Toca revisarlas, era un tema olvidado y estoy seguro que esconde algún tesoro.

¿Qué hacer con las piedras desengastadas?
Manuel Llopis.
Manuel Llopis.

La forma de proceder, en mi opinión, es una primera observación del contenido de un bote vaciado sobre una mesa que tiene hojas blancas de din-A3 o sobre una bandeja, puesto que si hay cuentas esféricas o perlas cultivadas, mejor ponerles cerco para que no rueden.

Cada lote es único, según su procedencia. No es lo mismo un lote de un taller que trabaja con un determinado tipo de piedras, o un lote de una compraventa que es muy variopinto y puedes encontrar de todo. Cada lote tiene un tratamiento diferente, pero,en general, lo que hacemos es:

-Separamos las orgánicas: perlas corales, conchas, marfil, ámbar...
-Separamos, desde nuestra experiencia, a golpe de vista lo que nos parecen plásticos y/o piedras grandes con talco en la culata.
-Separamos piedras opacas y traslúcidas, de reconocimiento directo, suelen ser cuentas, placas, cabujones... no importa el tamaño.
- Separamos piedras grandes facetadas y transparentes.
- Separamos las piedras pequeñas incoloras de las de color.

Con piedras grandes podemos utilizar las manos pero con mas pequeñas utilizamos las pinzas pero no cogiéndolas una a una, sino haciendo barridos. Otro instrumento de ayuda es un simple recogedor, que nos ayuda también con los barridos.

Llegados a esta etapa, lo primero que hacemos es limpiar los montones con ultrasonidos, por supuesto evitamos las piedras porosas y algunas delicadas. Utilizamos cestillos con rejillas acorde al tamaño de las piedras, de esa manera podemos pasar el cestillo por diferentes vasijas con agua osmotizada para aclarar, luego secamos con un secador de mano sin sacar del cestillo.

Para las pequeñas, utilizamos cestillos cerrados con rosca, así cuando secas con el chorro de aire no se escapan. En algunos casos nos encontramos pegamentos, cola de engastador, grasa, cremas, etc. En esta situación utilizamos acetona, alcohol o disolventes, siempre que el material lo tolere.

Ya están limpias y agrupadas. Los lotes de piedras por reconocimiento directo se separan por tipo, turquesas, lapislázulis, sodalitas, rodocrositas, malaquitas, etc. Por supuesto tenemos en cuenta si hay fracturadas y examinamos con lupa 10x los casos dudosos, ya que te puedes encontrar imitaciones de ellas en vidrios o pastas.

Con las piedras traslúcidas hacemos lo mismo pero separándolas por colores y luego tamaños. También utilizamos la lupa para casos dudosos, incluso el refractómetro por el método de la visión distante.

Con las piedras facetadas separamos por colores y tamaños, después utilizamos el refractómetro. En los casos dudosos empleamos microscopio y espectroscopio.
Llegado el momento de las piedras incoloras, puedo decir que nos hemos encontrado desde virutas de metal por el desengastado hasta fragmentos de piedras fracturadas, desconchados de perla, etc.

Con este panorama, primero colocamos por lotes de pequeña cantidad en bandejas que observamos desde un microscopio. Con la yuda de unas pinzas de puntas finas y con la observación microscópica, vamos haciendo un completo examen a la bandeja quitando con las pinzas todos estos fragmentos, virutas, desconchados etc. Hasta que hayamos revisado todo el lote.

El siguiente paso es de la misma manera pero quitando, o los diamantes, o lo que no son diamantes. Quiero decir que si observamos que hay más diamantes que otras piedras incoloras, acabaremos antes quitando las que no son diamantes y viceversa. En este punto es importante el pulso y la concentración. No podemos ni estar nerviosos ni tensos, mas bien tranquilos. Pensad que un movimiento brusco puede lanzar una bandejita con cientos de piedras pequeñas por los aires.

A continuación de haber separado los diamantes de los que no lo son, estos se empiezan a tamizar desde el primer tamiz de apenas 1 mm. de diámetro y así sucesivamente. De esta manera hacemos lotes por tamaños, siempre que sean redondos, si no, entonces hay que separar las tallas ovales, marquis, princesas o carres, para las que utilizamos los calibradores y así quedan separadas por tamaños.

Para las tallas redondas el siguiente paso, si quieres refinar los lotes, separamos tallas 8/8, 16/16, rosas y brillante antigua. Posteriormente se pueden subclasificar por color y pureza.

Podéis hacerlo vosotros, pero aconsejo que consultéis con un gemólogo. Estoy convencido de que de esta forma, al final vais a ahorrar tiempo y dinero.
El remate final consiste en colocar los lotes en papelinas, las piedras grandes en estuches, blisters, etc, etc. con sus etiquetas que las identifiquen y dejarlos de forma presentables y manejables.