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Panerai colabora en la restauración del reloj del Duomo de Florencia, una pieza única en el mundo

Este reloj es uno de los pocos del mundo que marca el tiempo según el sistema llamado de 'hora itálica'

jueves 29 de octubre de 2015, 11:35h

El mecanismo del gran reloj de la catedral de Florencia ha vuelto a la vida. Conocido como el "reloj de Paolo Uccello", porque fue este gran artista del Renacimiento el responsable de la sofisticada decoración de la esfera en 1433, está situado en la fachada interior, sobre la puerta central, en un espacio oculto a la vista.

El reloj, situado en el interior de la catedral de Florencia.
El reloj, situado en el interior de la catedral de Florencia.

La Opera di Santa Maria del Fiore, de acuerdo con Officine Panerai, encargó la restauración a dos de los principales expertos en la materia, el profesor Andrea Palmieri y el profesor Ugo Pancani, del Centro Studi per il Restauro di Orologi del I.S.I.S Leonardo da Vinci en Florencia.

El reloj del Duomo de Florencia es único en el mundo, no solo por su notable ubicación y la pintura de su esfera, sino también porque conserva el sistema horario itálico, una manera de medir el tiempo que en la antigüedad se conocía como "horario juliano" (por Julio César, que en el año 46 a.C. introdujo el calendario juliano desarrollado por Sosígenes de Alejandría).



A diferencia de las esferas modernas, el horario itálico, también conocido como "Ave María" u "horario italiano", tiene una sola aguja que recorre la esfera hacia la izquierda y en la que la hora 24ª no corresponde a la medianoche, sino a la puesta del sol, a partir de la cual se empiezan a contar las horas. Por lo tanto, el reloj se debe ajustar a lo largo de todo el año, de manera que la última hora del día sea siempre la hora de la puesta del sol.

El mecanismo original del reloj fue construido en 1443 por el relojero florentino Angelo di Niccolo, pero no se dispone de ninguna información sobre su funcionamiento. Probablemente estaba equipado con un sistema de pesos y contrapesos, algunos de los cuales se han encontrado en el Duomo.

Unas décadas después de su construcción, fue necesario realizar algunas reparaciones en el mecanismo. La tarea se encargó a la familia de relojeros y científicos Della Volpaia: primero en 1497 a Lorenzo, el creador del famoso reloj planetario, y luego a su hijo Camillo, que lo reconstruyó casi por completo entre 1546 y 1547.

Con el paso del tiempo, el reloj fue reparado varias veces hasta 1688, cuando la Opera di Santa Maria del Fiore, inspirada en la investigación realizada por Galileo y Huygens, decidió sustituir el viejo mecanismo por uno nuevo dotado de un péndulo. Este se mantuvo hasta 1761, cuando el relojero florentino Giuseppe Borgiacchi volvió a reemplazarlo por otro nuevo, que sigue funcionando actualmente. Fue entonces cuando en la esfera de Paolo Uccello se sustituyeron las 24 horas por las 12 horas y se cambió la aguja original.

Solo hace 40 años que el reloj recobró su aspecto y sus características originales, gracias a una restauración en la que se reveló la magnífica esfera original y se repuso el antiguo funcionamiento del mecanismo con la aguja que describía una revolución en 24 horas a partir del momento de la puesta del sol mientras giraba en sentido antihorario.