Bajo el compromiso de "cambiar el concepto sobre lo que es precioso", el diseñador David Alvarado encontró en la Nuez de Tagua el material idóneo para combinar el fruto de esta palmera tropical con oro, diamantes y gemas de color convirtiéndolo en un elemento primario de sus piezas, a pesar de ser sólo una semilla.
La nuez de tagua, también conocida como marfil vegetal, es la semilla de una palmera procedente de los bosques húmedos de Perú, Panamá, Ecuador y Bolivia. Aunque no tiene ninguna relación con el marfil es un material relativamente duro y que se deja pulir, por lo que ha sido muy utilizado para fabricar adornos por las culturas locales desde hace siglos y también por la industria moderna para fabricar botones y otros enseres, antes del descubrimiento del plástico.
Alvarado combina este material con oro, plata y platino, reciclados, y los combina también con diamantes, rubíes, amatistas y otras gemas, procedentes del 'comercio justo'. Y es que este es uno de los leivmotivs del diseñador: crear una joyería orgánica, muy vinculada al entorno y al compromiso social con los productores.
En la actualidad la firma cuenta ya con seis colecciones de joyería con una amplia variedad de formas y materiales, que destacan por la sencillez en sus líneas y por la combinación del trabajo artesanal con modernas tecnologías de corte láser y diseño 3D.
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