La casa de subastas británica Woolley & Wallis puso 'bajo el martillo' ayer una de esas piezas que en raras ocasiones se tiene la oportunidad de ver, y el precio alcanzado dio la muestra de su excepcionalidad: 828.420 euros. Es una perla natural de agua salada, de 132,59 granos y, según los expertos, se trata de la mayor que había salido hasta ahora a subasta.
Acompañada de dos certificados gemológicos, de Londres y del SSEF suizo, la perla tiene unas dimensiones de 16.51 x 17.44mm y cuenta con color blanco y brillo nacarado suave, según el certificado suizo. También tiene matices rosa pálido y el laboratorio suizo se refiere a ella como el 'oriente de las perlas', debido al efecto iridiscente de la perla.
La pieza proviene de una colección privada y se da la circunstancia de que venía montada junto con otras perlas cultivadas, en unos pendientes que se llevaron al establecimiento para ser subastados. El responsable de joyería de la casa se percató de las características especiales de la perla y la envió al laboratorio que, finalmente, certificó su excepcionalidad.
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