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Izahoff: 'Necesitamos una reforma del Proceso de Kimberley para convertirlo en un organismo más sólido'

jueves 29 de octubre de 2015, 11:35h

El pasado 1 de noviembre, y tras la verificación de un equipo de supervisión de Kimberley Process, Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea retiraron sus objeciones y accedieron a permitir que Zimbabue venda diamantes de su campo Marange, que ha sido criticado por grupos de derechos humanos.

Nos reunimos por segunda vez este año en Kinshasa, en un ambiente muy diferente a la que impregnó la reunión entre períodos de sesiones a principios de 2011. 

Un enorme progreso ha permitido llegar a un acuerdo que ha sido perfeccionado en las últimas semanas. Este progreso nos permite decir que el Proceso de Kimberley ha construido con éxito un puente sobre los obstáculos que se han interpuesto en su camino durante más de dos años. En nombre del Consejo Mundial del Diamante (WDC), me gustaría extender mi agradecimiento  Mathieu Yamba, presidente del KPCS, que con el fuerte apoyo del gobierno de la República Democrática del Congo y su dedicado personal, ha trabajado incansablemente en la gestión del Proceso de Kimberley desde el inicio de este año. 

Deseo felicitar a quienes han estado involucrados en el logro de estos avances significativos [...]. La Unión Europea merece una mención especial por tomar iniciativas que nos habían frustrado durante tanto tiempo. Permítanme también agradecer a los países africanos su insistencia en mantener el rumbo y la búsqueda de un acuerdo en el marco del Proceso de Kimberley, y a Estados Unidos, que también mostró su flexibilidad  [...].

Siempre hemos sido una coalición poco común, que agrupa bajo un mismo techo representantes de gobiernos, de empresas y de la sociedad civil. Pero la misión que nos une es más grande que las diferencias que nos separan, como la familia, y hemos sido capaces de mantenernos unidos. Lo que tenemos que hacer ahora es seguir adelante con un renovado sentido de urgencia, y abordar los temas que fueron dejados de lado, debido en gran parte el dilema Marange.
La reforma del Proceso de Kimberley se encuentra entre las cuestiones más importantes. Una de las reformas a tener en cuenta es el nombramiento de un equipo de profesionales, cuya tarea sea la de gestionar los asuntos diarios del Proceso de Kimberley, y así dotar al sistema con una estructura de gestión más sólida, con comunicaciones internas y externas más directas y lograr así un mayor grado de continuidad.

La situación actual, en la que la responsabilidad de liderazgo y los cambios de administración pasan a un nuevo país cada doce meses, es de por sí perjudicial [...]. El hecho de que desde el inicio de este año no haya existido la figura de un vicepresidente, pone de relieve la fragilidad del Proceso de Kimberley en ausencia de un personal profesional. Tenemos que remediar la situación, al proporcionar el Proceso de Kimber-ley  con una estructura más robusta.
A pesar de la resolución exitosa de la cuestión relativa a las exportaciones de diamantes de Marange, no hemos terminado con todos los desafíos a los que enfrenta este organismo, ni a las legítimas diferencias de opinión y de enfoque que separa a sus miembros. Pero lo que sí esperamos fervientemente es que el acuerdo confirme nuestro compromiso de responder a estos retos y superar nuestras diferencias mediante el diálogo, el respeto y la dedicación de propósito compartido [...].

Creo que es posible llegar a un acuerdo sobre varios objetivos: que los diamantes deben ser extraídos, procesados y vendidos de una manera ética, y que el producto de esa actividad ha de beneficiar a todos los participantes e interesados en la cadena de distribución, y, lo más importante: de los individuos y las comunidades de las zonas productoras de diamantes. Ese es el objetivo hacia el que se debe avanzar. El Proceso de Kimberley no es un fin en sí mismo, es un medio para ese fin.

Eli Izhakoff, Presidente del Consejo Mundial del Diamante (WDC)