No necesariamente la joyería tiene por qué ser sinónimo de feminidad y dulzura. Al contrario, entre determinadas corrientes estéticas, muy vinculadas mundos «duros» como las motos de gran cilindrada o la música rock dura, como el heavy metal, el gusto por el adorno es muy acusado, incluso rozando —a veces más que rozando— el fetichismo.
¿Y qué mejor fetiche que una joya? Eso sí, joyas diferentes, con el acero como base, aunque también pueden usar la plata, y con motivos insólitos en el mundo joyero habitual: calaveras humanas o animales, estética entre gótica y terrorífica, gruesas cadenas de exagerados eslabones.
Entre quienes han apostado por esta vía destaca Elf Craft, una firma alemana en la que el diseñador Wolfgang A. Elfers desarrolla su «joya expresionista» según los parámetros de dominación, orgullo y estilo rock and roll. Unas joyas que entre otras, llevan David y Victoria Beckham o Zinedine Zidane, entre otros iconos de la modernidad.