Oro y plata frenan su alza y se enfrentan a los primeros rumores de fin de la " burbuja dorada"

¿Están a punto de estallar las burbujas dorada y plateada? Esta es la pregunta que circula por todos los mercados, y formulada con mayor intensidad al hablar de la plata que del oro, al que al fin y al cabo siempre le queda la fuerte demanda joyera indo-china y su sempiterno valor de refugio, que persistirá aunque ceda la especulación.

Pero en cualquier caso, ya se empieza a ver en los mercados de futuros que empieza a perder lustre. Ya no responde a los vaivenes del dólar ni a los al parecer irresolubles problemas del euro con la rapidez y la intensidad de antes, y su cotización a diciembre todos los días se sitúa por debajo de la actual, lo que parece indicar que hay una sensación generalizada de nuevos descensos, que bien podrían traducirse en un final de ciclo. De hecho, en las oscilaciones de los últimos días siempre es mucho mas fuerte la fase bajista, que sus movimientos de reacción a la misma.

Dese luego, lo único que parece seguro es que la incertidumbre va a continuar. Por una parte se espera una nueva intervención monetaria de la Fed en el mismo sentido que la anterior, inyectando liquidez a corto cambiándola por deuda a largo —lo que hace el particular cuando agrupa sus créditos, o la clásica "máquina de hacer billetes", vaya— lo que en realidad debería debilitar al dólar en beneficio de activos más sólidos como el oro. Pero todo está tan raro, tan débil, que es más probable una reacción que considere que con ello se reactiva la economía y puede crecer el consumo, y sí se vuelvan otra vez las inversiones al dólar, en detrimento del oro que otra cosa.

De hecho, en las últimas horas y a pesar de que el petróleo estaba subiendo, lo que en principio siempre ha supuesto debilidad para la moneda y fortaleza para el oro, el precio de éste volvió a desplomarse, más que a deslizarse, siempre medido en dólares.

En euros no se ve tan clara la evolución, ya que la propia depreciación de la divisa europea enmascara la tendencia. Por ello, medido en moneda comunitaria, el precio del oro volvió a subir, superando los 1.250 euros/onza mientras el precio del industrial se acercaba de nuevo a los 343 euros/gramo, y la plata, también para el mismo uso, volvía a superar los 82 céntimos.

El platino, por su parte, castigado por el valor especulativo del oro y la recesión generalizada en industrias como el automóvil, seguía cotizando a la baja, dando un fixing en Londres 100 dólares/gramo por debajo del oro.