Fueron 841 los relojes de oro automáticos los que se importaron de Suiza en la primera mitad de 2011, exactamente los mismos que en 2010, gracias a la recuperación iniciada en mayo y junio, meses en los que el volumen de importaciones fue superior al de los equivalentes de 2010. No obstante, la actividad sigue muy limitada, y si es cierto que dicho volumen fue superior al de un año atrás, también lo es que se limitaron a 174 y 164 unidades respectivamente, en mayo y junio.
Lo que sí quedó nuevamente muy claro es el sesgo de estas importaciones, y por tanto de todo el mercado del segmento, hacia su cúspide, pues el valor de las mismas volvió a crecer, cosa que ya había hecho incluso en los meses en los que el volumen tendió a la baja. Es cierto que no se llego a los extremos de enero o marzo, cuando el valor unitario se disparó a cerca de los once y quince mil euros por reloj, pero sí quedó por encima de los 8.500, considerablemente superior a los 6.800 de junio de 2010, y a la cifra de años anteriores, sólo más o menos equiparable a la de 2008, cuando se superaron por poco los 8.000 euros. Con ello además, el precio unitario promedio de los seis primeros meses sigue por encima de los 9.000 euros, exactamente 9.423, el más alto de la historia.
Con ello, el valor total de las importaciones de este segmento prácticamente llegó a los ocho millones de euros, lo que supone un alza muy considerable, del 51% sobre los 5,2 millones del primer semestre de 2010, quedando, lo que también es buena noticia, algo por encima de los 7,4 millones e 2009, aunque muy lejos de los 15,7 y los 17,5 millones de euros, de los respectivos primeros semestres de 2008 y 2007.
En unidades, el semestre refleja 841, prácticamente igual que las 838 de 2010, y lejos de las 1.003 de 2009, 2.845 de 2008 y no digamos las 3.568 de 2007. Un mercado pues en el que la demanda, muy restringida, se ha volcado en su gran mayoría hacia la cúspide de precios, si bien también habría que considerar una cierta influencia del precio del oro en ello.
Hay que hacer notar que, aunque Suiza sigue siendo evidentemente el proveedor mayoritario, por no decir hegemónico, de Alta Relojería, se viene apreciando desde casi primeros de año, una mayor participación de los relojes procedentes de Francia, probablemente de fabricación suiza, pero que llegan a España a través de delegaciones de casas de origen galo. Aun así, tienen un valor unitario mucho más bajo, en torno a los 2.000 euros, por que más bien tienden hacia una gama media-alta que la propia Alta Relojería propiamente dicha. El resto de procedencias son, o bien anecdóticas, probablemente compras de turistas individuales, o bien responden a productos que están dentro de la misma posición estadística por incorporar chapados, pero se hallan muy lejos de la Alta Relojería propiamente dicha.
