La naturaleza siempre ha inspirado a la joyería, sobre todo durante los movimientos hippy y New Age de las décadas de los 70 y 90 del siglo pasado. Esa estética que nació entre finales de los 90 y principios de los 2000 (entre el minimalismo y el exceso Y2K, entre las líneas depuradas y una explosión de color), inspira a la colección Rabat Rainbow: una oda a la naturaleza, menos literal que en 1890, y con un diseño más conceptual.
Los zafiros multicolor representan al cielo con todas las tonalidades del arcoíris, los diamantes son el aire, los zafiros azules son el agua y la tierra, el oro rosa que sustenta todas las piezas y las formas de serpiente en anillos y pulseras.
Más allá del diseño, la naturaleza también está muy presente en la elección de los materiales y la producción artesanal: toda la colección Rabat Rainbow pasa primero por una minuciosa selección de las piedras preciosas de la más alta calidad que cuentan con el certificado de calidad GIA y están adquiridos con los procesos Kimberly, una certificación internacional que garantiza una comercialización y origen lícitos y éticos.
Pero que la joyería recurra a motivos inspirados en la naturaleza no es casualidad ni un detalle meramente estético. La naturaleza es sinónimo de vida, de alegría, de mirar al futuro con pasión y positividad. Y de reconectar con nuestras raíces, el único modo de acercarnos a nuestra identidad.