En 1925, Cartier presentó un collar que cubría los hombros sin broche ni cierra en la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas.
A lo largo de los años, fue perdiendo protagonismo, y actualmente ha regresado como parte de la colección de Alta Joyería Sixième Sens par Cartier, una piza diseñada que se adapta al cuerpo y se desliza sobre la piel.
Articulado alrededor de una esmeralda colombina talla cabujón central con un total de 16,43 quilates, presenta ondulaciones a través de un engaste pavimentado con diamantes o recubierto de laca negra, para darle un efecto de claroscuro.